sábado, 5 de mayo de 2012

Un ingeniero de 44 años llega de Londres para manejar YPF

Por Natacha Esquivel





 Se lo propuso Urribarri a Cristina. Viene de trabajar en una multinacional de servicios petroleros.




Un ingeniero con experiencia en exploración petrolera. Finalmente Cristina Kirchner se inclinó por un técnico para manejar la mayor empresa de la argentina. Miguel Galuccio, un entrerriano de 44 años “recién cumplidos” , como dijo la Presidenta, será el nuevo gerente general de YPF.
Viene de trabajar en Londres en un alto cargo en Schlumberger, un gigante multinacional de servicios petroleros. “Es un símbolo: recuperar a los que se nos fueron”, dijo Cristina ayer, después de pedirle: “Parate, Miguel, para que te vean” . Galuccio, sentado al lado de Axel Kicillof, en primera fila, se levantó y saludó con un gesto tenso .
Fue Sergio Urribarri, el gobernador de Entre Ríos, quien le acercó el nombre a la Presidenta y Julio De Vido fue el encargado de “investigarlo”. Urribarri y Carlos Galuccio, hermano de Miguel y durante muchos años presidente de la UIA de la provincia, viajaron en diciembre para hablar con Miguel y empezar a tentarlo con la idea de volver al país, de donde se fue hace más de 10 años.

El 4 de abril, en Semana Santa, en El Calafate, se produjo el primer encuentro entre el candidato y la mandataria, en una reunión que duró dos horas y media.

Como dos de sus tres hermanos, Galuccio estudió ingeniería. El se inclinó por el petróleo y egresó del Instituto Tecnológico de Buenos Aires en 1994. Sus primeros pasos los dio en la YPF que manejaba José Estenssoro. Hasta Cristina destacó con nostalgia que había trabajado en Las Heras, en Santa Cruz. Allí estuvo a los 28 años, como responsable de la operación y desarrollo de los yacimientos de la región sur. Luego se incorporó a Maxus, una empresa estadounidense que había comprado YPF y, junto a un “reducido grupo de gerentes” –según difundió ayer la consultora de prensa que contrató Galuccio–, ayudó a que pasara de una deuda de US$ 1.000 millones a un superávit de US$ 10 millones. Luego, manejó esa empresa en Indonesia, hasta que entró Repsol y decidió tomar otros rumbos.

La consultora de prensa también le asigna “ capacidad de liderazgo, visión estratégica y experiencia internacional en crear y transformar empresas” y en la aplicación de nuevas tecnologías, una habilidad que viene a cuento ya que uno de los principales desafíos de YPF será desarrollar el megayacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta, la gran apuesta del Gobierno para atraer capitales extranjeros. Por las dudas, ya lo llaman “el mago”.

El último cargo de Galuccio en Londres, hasta el pasado 16 de abril (día que se anunció la expropiación de YPF), fue el de presidente de Schlumberger Production Management, una filial del grupo que él mismo había creado. Antes había trabajado en Estados Unidos, Medio Oriente, Asia, Europa, América Latina, Rusia y China.

Cuando se empezó a mencionar el nombre de Galuccio, el mercado petrolero festejó que se hubiera elegido a un hombre del sector. Sin embargo, muchos dudan del margen de maniobra que le darán y si tendrá carta blanca para poder nombrar a sus colaboradores, un dato clave para pilotear una empresa que factura cerca de $ 64.000 millones.

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