viernes, 22 de junio de 2012

DESDE 2001, EL DESCUENTO POR GANANCIAS SE MULTIPLICÓ POR SIETE (Clarín)


Por Ismael Bermúdez

Lo que se paga del impuesto era 1,12% del salario y ahora trepa hasta el 7,62%.




22/06/12

Hoy un trabajador soltero y sin hijos que gana 10.000 pesos y tiene el mismo poder adquisitivo o sueldo equivalente que en 2001, por el impuesto a las Ganancias tiene una poda en su ingreso del 7,62%. En 2001 —11 años atrás—le descontaban el 1,12%.

Las cifras, elaboradas por el IARAF (Instituto Argentina de Responsabilidad Fiscal) marcan “el notable incremento de las tasas efectivas de este impuesto que han experimentado tanto los trabajadores dependientes como independientes desde 2001 a 2012”, señala el estudio. En este ejemplo, el peso de Ganancias se multiplicó por casi 7.

Y equivale a que el trabajador pierda de cobrar casi un aguinaldo entero ($ 9.910 de impuesto). A mayor salario, la pérdida salarial es mayor y ya un sueldo de $ 12.000 pierde de cobrar casi un aguinaldo y medio.

Lo que pasó es que durante todos estos años el Gobierno aumentó el mínimo no imponible y demás deducciones menos que la inflación o la suba de los salarios . Y directamente no ajustó las escalas salariales sobre las que se aplican las alícuotas que se mantienen en los mismos niveles que en 2000, durante la gestión de Fernando De la Rua- José Luis Machinea.

Por esa razón, los trabajadores sin cargas de familia que, después de los descuentos de jubilación y salud, ganan más de $ 5.789 están alcanzados por Ganancias.

Según el nivel salarial Ganancias puede representar una pérdida salarial de 2, 5, 8, 10 por ciento del sueldo y hasta más . En esa situación se encuentran casi 2 millones de trabajadores en relación de dependencia, como operarios petroleros, de la siderurgia, docentes, camioneros, bancarios, de luz y fuerza y tantos otros gremios y hasta 200.000 jubilados . En cambio, la renta financiera sigue exenta.

Además, con cada aumento de los salarios, si no se eleva ese piso salarial a partir del cual se paga Ganancias, el impuesto aumenta y de manera creciente. Y en lugar de un 5 por ciento, el descuento salta al 8%, al 10% y así cada vez más.

A eso se agrega que siguen congeladas –hace 12 años– las escalas sobre las que se calcula el impuesto. Entonces, en lugar de que le retengan una alícuota baja, del 9 por ciento, el trabajador tributa una alícuota del impuesto más alta –del 14, 19 o 23%– y que rápidamente puede llegar al 35%.

También por eso muchos trabajadores no quieren hacer horas extras porque, en ese caso, una parte del mayor ingreso de ese mayor esfuerzo se lo lleva el impuesto.

Si el Gobierno hubiera ajustado por la inflación o la evolución de los salarios, el piso de Ganancias debería ser de $ 9.500 y las escalas serían más amplias (el primer nivel, con la alícuota del 9%, en lugar de llegar hasta $ 10.000 debería subir hasta $ 45.000). De ese modo estarían alcanzados por este impuesto, no casi dos millones de trabajadores, sino unos 300.000 empleados, quienes, además, pagarían mucho menos.

En el pasado, Ganancias alcanzaba al personal jerárquico. Ahora por este procedimiento de no ajustar por inflación, pagan hasta maestros y operarios simples.

La suba del mínimo no imponible no implica que el Gobierno tenga un “alto costo fiscal” o “subsidie” a los empleados de sueldos medios o altos. Simplemente evitaría que la AFIP siga captando una parte mayor del ingreso nominal de trabajador por el simple expediente de no ajustar los valores por la inflación de cada período.
Se calcula que por no ajustar el “mínimo”, el Gobierno se quedaría este año con unos $ 3.500 millones que debería haber ingresado en las familias de los trabajadores. Además, por no actualizar el tope salarial que da derecho a cobrar las asignaciones familiares, el Gobierno se queda con otros $ 1.800 millones que también deberían haber sido percibidos por familias trabajadoras.

Otro tema que sigue pendiente es la equiparación del mínimo no imponible y demás deducciones de los autónomos con los valores que tienen los empleados en relación de dependencia. A igual ingreso nominal que un asalariado, el autónomo paga mucho más.

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