jueves, 16 de agosto de 2012

Digamos: ¡hasta aquí no más, basta ya!




El Colum­nista Invi­tado de Hoy: Jorge Omar Alonso

¡Oh, mi patria, tan bella y perdida!
¡Oh recuerdo tan caro y fatal!
(“Va pen­siero” de Nabucco — Verdi)


En un por­tal espa­ñol se puede leer: “No nos gusta ser pesi­mis­tas en DES­PER­TA­RES ni difun­dir el desánimo entre la pobla­ción, pero resulta extre­ma­da­mente indig­nante ver cómo la mayo­ría de la ciu­da­da­nía con­ti­núa pusi­lá­nime, aco­mo­dada o aco­bar­dada en sus hoga­res mirando para otro lado ante el negro futuro en el que nos han embar­cado aque­llos que diri­gen nues­tras vidas.

Los siguien­tes ejem­plos de lo que está ocu­rriendo en pleno año 2012 en España mues­tran un pequeño atisbo del pésimo futuro que depara a nues­tros hijos y del que todos esta­mos siendo cóm­pli­ces si con­ti­nua­mos con esta ver­gon­zosa pasi­vi­dad actual”.

Si bien este artículo versa sobre la Madre patria y su actual situa­ción polí­tica, el comen­ta­rio bien podría caber en nues­tra situación.

En socie­da­des como las nues­tras, por la cul­tura del miedo y de la subal­ter­ni­dad, siem­pre emerge una figura pre­po­tente, sober­bia, auto­ri­ta­ria, que está dis­puesta a “sal­var la patria”.
Por eso es por lo que los autó­cra­tas no mue­ren, no por­que ellos sean eter­nos, que afor­tu­na­da­mente no lo son, sino por­que noso­tros con nues­tros mie­dos, inse­gu­ri­da­des, angus­tias, los recrea­mos, los repro­du­ci­mos, los agran­da­mos, cuando en el fondo no son más que tigres de papel.

¿Hasta cuándo per­du­ran los dictadores?

La his­to­ria suele res­pon­der con bas­tante cla­ri­dad: hasta que un con­junto de indi­vi­duos, de ciu­da­da­nos, de per­so­nas, de pue­blos jóve­nes, ancia­nos, muje­res valien­tes digan: ¡Basta ya!
Diga­mos: ¡hasta aquí no más, basta ya!, por­que de lo con­tra­rio van a sobre­vi­vir de gene­ra­ción en gene­ra­ción inti­mi­dán­do­nos en todas las face­tas de nues­tra vida, fami­liar, social, polí­tica, eco­nó­mica; hasta que noso­tros no pon­ga­mos fin a esa forma de domi­na­ción decimonónica.

Según Marta Elena Casaús Arzú, doc­tora en cien­cias polí­ti­cas y socio­lo­gía, pro­fe­sora titu­lar de His­to­ria de Amé­rica en la Uni­ver­si­dad Autó­noma de Madrid, el pri­mer rasgo psi­co­ló­gico del dic­ta­dor es demos­trar su fuerza y su poder de todas las for­mas posi­bles a su alcance: el dinero, el empleo de la fuerza física y psi­co­ló­gica, su total con­trol de toda su clien­tela, el hecho de cons­ta­tar que no hay más pala­bra que la suya; no hay más opi­nio­nes ni tomas de deci­sio­nes que las suyas.

Otro rasgo es su infa­li­bi­li­dad, estos autó­cra­tas nunca se equi­vo­can, son sim­ple­mente per­fec­tos y siem­pre tie­nen la razón, los que se equi­vo­can son los otros, por débi­les, igno­ran­tes, disi­den­tes o traidores.

Com­pran volun­ta­des y silen­cios y emplean todas las estra­te­gias a su alcance para lograrlo.
Coop­tan volun­ta­des y poder a tra­vés de ofer­tas de car­gos y prebendas.

Su dis­curso siem­pre es apo­ca­líp­tico y paranoico.

¿Cuál es nues­tra reac­ción ante este dis­curso pre­ló­gico y acrítico?

El miedo, el silen­cio, la cobar­día, incluso la trai­ción para ganar la con­fianza del autócrata.
Se trata de hacer una refle­xión como ciu­da­da­nos, de hasta cuándo esta­mos dis­pues­tos a aguan­tar a estos autó­cra­tas; hasta dónde vamos a lle­gar con nues­tra com­pla­cen­cia y nues­tra acti­tud sumisa y dócil frente a este tipo de per­so­na­jes; hasta cuándo vamos a per­mi­tir que la cul­tura de la subal­ter­ni­dad nos siga domi­nando; hasta cuándo vamos a aguan­tar este tipo de acti­tu­des sober­bias, pre­po­ten­tes y ame­na­zan­tes; hasta cuándo vamos a seguir callando y dando el voto por el miedo que se apo­dera de todos los ámbi­tos de la socie­dad y se va a seguir reproduciendo:

¿Cuándo vamos a decir “¡Basta ya!”?

¿Vamos a per­mi­tir que la viuda de Kir­ch­ner se eter­nice en el poder, vamos a per­mi­tir que maneje la Jus­ti­cia, que ate­mo­rice a los empre­sa­rios, que decida si se puede via­jar, si se puede com­prar dóla­res, expor­tar, impor­tar, escri­bir o no en un diario?.

¿Vamos a per­mi­tir que Argen­tina se con­vierta en otra Venezuela?

¿Vamos a tole­rar que admi­nis­tren jus­ti­cia jue­ces com­pra­dos por el poder cristino-kirchnerista? ¿Vamos a con­sen­tir que los fac­cio­sos de “La Cám­pora” adoc­tri­nen en las escuelas?

¿Nos pre­gun­ta­mos qué clase de País les vamos a dejar a nues­tros hijos, a nues­tros nie­tos? ¿Cómo puede fun­cio­nar Argen­tina con una cama­ri­lla cor­te­sana de fun­cio­na­rios alcahue­tes, cuya única misión es ala­gar a la “empe­ra­triz”, en vez de enfo­car sus tra­ba­jos en bien de la Nación?

Somos noso­tros los que tene­mos que decir: ¡Basta Ya!

Autor: Jorge Omar Alonso

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