martes, 7 de agosto de 2012

NOTIAR] Ese que ahora milita para vos mató a mi hija

Ese que ahora milita para vos mató a mi hija...
Humberto Bonanata7 de agosto de 2012 16:21
Ese que ahora milita para vos mató a mi hija
Por Gabriel Conte
www.notiar.com.ar

El caso que activó todas las broncas y que generó un histórico error presidencial: llamar "modelo" a una cárcel cuestionada por sus prácticas aberrantes.


La doctrina más avanzada en materia penal dañada por el "fuego amigo". Las cárceles, como un outlet de la sociedad. Sigamos mirando qué pasa allí adentro.

Tarde y mal, como muchas veces ocurre en la Argentina con los temas de fondo, el de las cárceles llegó a las portadas de los diarios. Negadas por porciones de la sociedad con acceso a los medios, cuya opinión en el sentido de "prenderlas fuego con todos adentro" o "hay que dejar de darles de comer gratis" han cundido más de una vez como la única voz audible, las prisiones del país tienen mucho para decir, pero hay que dejarlas hablar.

El origen fue una nota del diario porteño Clarín, que retomó una denuncia que había caído en la nada de Sergio Schoklender y que indicaba que algunos presos salían de su reclusión para participar de actos políticos del oficialismo.

Dos discusiones parecidas, pero bien diferentes se enredaron en los últimos diez días en Mendoza: una local y otra nacional. Como bien lo explicó la periodista Liliana Hidalgo en su nota del domingo Salidas transitorias de presos: claves políticas de una ley que enfrentó a todos, una pata importante de la discusión (que, sinceramente, cuesta que prenda en el grueso de la sociedad con la profundidad que merece) está basada a nivel local en el proyecto del diputado radical Luis Petri que sirvió para cosas muy diferentes a los objetivos planteados por él, al querer limitar las salidas transitorias.

Sirvió, en todo caso para:

1- Darle espacio y mostrar con nuevos bríos al partido opositor.

2- Forzar a una discusión interna del peronismo mendocino, ya que en una primera votación sólo los sectores más alineados con el gobierno nacional lo rechazaron, ante la tácita aprobación del resto de los "compañeros", quienes luego, reprendidos por una columna de Horacio Verbitsky (titular del prestigioso CELS, pero además periodista de Página/12), se alinearon con los rebeldes.

3- Y posiblemente, como consecuencia colateral, distraer sobre la cuestión central del problema mendocino: aquí el asunto es muy diferente al del Servicio Penitenciario Federal, ya que quienes han sido descubiertos aquí ejerciendo libremente el delito mientras disfrutaban de una salida transitoria lo han hecho en función de una situación irregular, no en función de la mera existencia de ese derecho. Esa irregularidad, surgida desde un juzgado de ejecución penal, quedó sin sanción por parte del Jury de Enjuiciamiento al magistrado. Y punto.

Como consecuencia, no hay debate en torno al tema. Tal vez pueda considerarse un "cacareo": uno se embandera con el "derecho de las víctimas" y el otro se erige en el defensor único de los derechos humanos. Cada uno con su discurso. Nadie escucha al otro. Nadie habla del origen del problema, ni se ocupan, porque el hecho de cumplir con el rol de polos enfrentados les da pequeños réditos personales o políticos.

El proyecto de Petri ya ha sido bloqueado por las autoridades provinciales: no lo aplicarán aunque sea Ley, lo llevarán hasta el último tribunal y, mientras todo eso ocurra, los mismos jueces tomarán decisiones análogas a las que les hicieron merecedores de un chas chás en la cola que, por otra parte, difícilmente la burocracia permita que se repitan en nuevos juicios y cuestionamientos que alteren la armonía del poder político en Mendoza, "La isla de la fantasía".

La actividad cultural de los asesinos y el funcionario murguero

En cuanto a la discusión nacional, puede decirse que parte de un hecho insólito, que no reconoce antecedentes en el mundo (bueno, si alguien conoce algo parecido, que lo cuente). Se trata de un sistema sui generis por el cual personas que están cumpliendo su reclusión son llevados a participar de actividades culturales (otros dirán que son políticas en realidad) fuera de la prisión.

El caso del Sistema Penitenciario Federal es insostenible desde cualquier punto de vista. Claro que si le preguntamos al padre de Walda Tallei este podrá decir: "Ese que ahora milita para vos mató a mi hija", luego de ver en un recital al ex baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, como si no hubiera sido condenado a prisión por asesinar a su mujer, en un emblemático caso de femicidio.

La respuesta del Estado fue desubicada y eso desubicó, a su vez, a las partes en el debate: no se trata de una simple situación de enfrentamiento entre "fachos" y "progres". Aquí, fue la Presidenta la que se equivocó, con tal de pegarle al medio que difundió (equivocadamente o no, malintencionadamente o no) las salida de presos a actos fuera de las cárceles.

Cristina Fernández, en su afán, tildó al Servicio Penitenciario Federal de "modelo" y hasta contó una anécdota personal con epicentro en una cárcel de Salta. Pero la misma locación es criticada en el Informe 2012 sobre los Derechos Humanos en la Argentina, presentado por el CELS, el Centro de Estudios Políticos y Sociales, presidido por Verbitsky. Y no es por cuestiones cotillonescas ni "fachistas", sino por ser el lugar e donde "no cambió nada", tal como dice el informe, tras su inauguración por parte de la Presidenta.

No tuvo cabida la reflexión sobre el tema. Tampoco se le dio espacio a la real defensa de los derechos de las personas privadas de su libertad, al difundirse los videos con sus rostros por parte de un Servicio Penitenciario que los subió a las redes sociales en alianza con una agrupación que podrá ser muy "cultural", pero que responde orgánicamente al partido gobernante, como es el ahora famoso "Vatayón Militante".

Tan errónea e insólita fue la reacción estatal frente a estos casos, que muchos referentes en la materia que se atreven a hablar sin ser tildados por ello de "derechosos", salieron a señalar el dislate como tal. Los casos de Raúl Eugenio Zaffaroni y Leon Arslanian son dos de los más importantes. Muchos otros referentes del derecho penal, cercanos al kirchnerismo -a cuya gestión se le reconoce desde diferentes sectores algunos avances presupuestarios en materia penitenciaria- prefirieron el silencio: temen la ruptura interna o el escrache por sacar los pies del plato. Sin embargo, se insiste en tildar de "fachos" (por fascistas, aquellos que cierran filas autoritariamente tras un líder indiscutido e indiscutible, capaz de hacer y deshacer a su antojo) a los que levantamos la voz de alerta por lo sucedido.

Si pudiésemos renunciar por un instante al "cacareo", veríamos la gravedad del error en el que incursionó el Gobierno al no admitir el error, reprender al titular del Servicio Penitenciario y poner en marcha una amplia investigación sobre esas prácticas, sus beneficiarios y promotores y la situación real de los centros de reclusión.

El impulso militante pudo más que la consolidación de una política penitenciaria seria y responsable. Por ello, se pone el acento en la imagen y no en la profundidad. Todos los informes externos al Gobierno señalan que nada ha cambiado en las cárceles del país: sólo es cuestión de tiempo (y azar, por supuesto) para conocer más maltratos, torturas, desmanejos financiero detrás de los altos muros, etc.).

Lo que queda hoy es una población penitenciaria que ya pasó por una primera selección penal, sospechada por delitos que no cometerá, pero que se cree que puede llegar a cometer si le permite el gozo de sus derechos.

Se le ha hecho un daño muy grande a la doctrina penal más progresista y lo peor es que esas heridas provienen del "fuego amigo". Un exceso que confirma que nuestras cárceles deben seguir siendo tema en la agenda política y mediática y no un outlet de la sociedad.

Gabriel Conte
Director de MDZ

Fuente: Mdz on line (Mendoza)

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