lunes, 24 de septiembre de 2012

PARA NO PERDER EL 13-S SE NECESITA EL 8-N



Es unánima: el 13-S tuvo consecuencias importantes sobre el proyecto vitalicio de Cristina Fernández. Hay deterioro en algunas ambiciones y complicación en ideas estrambóticas. Pero no es suficiente porque el Frente para la Victoria realiza un retroceso estratégico, solamente hasta reacomodarse en escena y, tal como ha ocurrido en otras ocasiones, relanza su anhelo de permanecer por tiempo indefinido. Ahí aparece el 8-N y la necesidad de consolidar los logreos del 13-S.

13-S, una fecha que no pasó inadvertida pero que necesita un 8-N.
 
por EDGAR MAINHARD
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Ya ocurrió en el pasado: el Frente para la Victoria sufre un duro revés y, entonces, se exhibe conciliador, y hasta amable... hasta que cicatriza sus heridas y entonces reinicia su ofensiva por el poder total e indefinido.
 
 
 
Por ejemplo, sucedió luego de la derrota legislativa por la Resolución 125, en 2008.
 
Volvió a ocurrir luego de la derrota electoral, en 2009. En esa ocasión hasta convocó a un diálogo nacional al que se prestó la mayoría de la inofensiva y concesiva dirigencia política convencional.
 
Es evidente que la estrategia luego del 13-S es la misma: camuflar su ambición y esperar hasta que -segun dicen- Cristina Fernández recupere recursos financieros con los cuales relanzar el proyecto de siempre.
 
Por ahora, el objetivo es no sufrir nuevos deterioros y buscar recursos con los cuales comprar las adhesiones imprescindibles para recuperar el espacio perdido.
 
Por lo tanto, el 13-S fue un vendaval. Ya no pueden ocultarlo.
 
Ahora, el Frente para la Victoria se encuentra en la etapa de 'control de daños'.
 
Pero no han renunciado a nada, y sería un gravísimo error suponer que hay un cambio. Hace tiempo que el Frente para la Victoria superó el punto de no retorno. Hay prebendas políticas, responsabilidades judiciales y fortunas personales que salvaguardar.
 
Hoy día solamente se trata de agazaparse, esperar a que a los 'caceroleros' se les pase el enojo o que se den por contentos con lo que lo lograron... y sorprenderlos un poco más adelante, en la curva del camino.
 
En ese contexto irrumpe en escena el 8-N, la convocatoria a una megamanifestación frente al Obelisco porteño el jueves 08/11.
 
Es un gran desafío, al permanecer el escenario sin liderazgos natos, sin dirigentes de peso. También es un enorme proceso colectivo de toma de conciencia sociopolítica, y de afianzamiento de participación y convicciones de parte de otros.
 
Es cierto que han ocurrido situaciones en las que prevaleció el entusiasmo y luego decantaron en enormes frustraciones grupales, pero Cristina Fernández de Kirchner ha provocado una situación de peligro que permite recuperar reflejos que parecían perdidos.
 
Todavía el kirchnerismo cristinista no pudo organizar una convocatoria de respuesta porque, tal como lo afirma el sindicalista Hugo Moyano, ha perdido el control de la calle (que le concedía el tal Moyano). Los recursos con los que cuenta no son multitudinarios. Son militantes activos y movilizados pero no suman el caudal suficiente cuando el debate es cuantitativo.
 
Por lo tanto, su ambición consiste en impedir una nueva convocatoria multitudinaria de la población crítica, lidera por la clase media que, vigorosa, lucha por sobrevivir en la Argentina ladriprogresista que cuestiona su estructura sociocultural.
 
Así, concretar un 8-N exitoso es un desafío enorme para los colectivos que han iniciado la convocatoria desde las redes sociales.
 
Es evidente que sin 8-N se diluye el 13-S, Cristina Fernández lo sabe y por ahí pasa su empeño presente.
 
Con 8-N exitoso puede consolidarse el 13-S y entonces sí construir una expectativa de cambio en la Argentina.
 
Aquí algunas lecturas dominicales que apuntalan lo que se intenta explicar:
 
 
"(...) El oficialismo no sólo retrocedió tácticamente, sino que puertas adentro circulan críticas y pases de facturas por la actuación en público del "cristinismo puro", antes y después del cacerolazo.
 
Los mayores cuestionamientos parten de los sectores más peronistas del kirchnerismo y tienen como blanco predilecto al vicepresidente Amado Boudou y al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, autor de la polémica frase "a esta gente (por los caceroleros) le importa más lo que ocurre en Miami que en San Juan".
 
"Se desubicó. Una manifestación masiva como aquélla (por el cacerolazo) tiene que ser respetada. Fue un error total de estrategia salir a contraatacar. Menos mal que todavía tenemos gente racional que desactivó lo de la contramarcha kirchnerista", bufó un legislador más peronista que kirchnerista.
 
La cancelación de una contramarcha que se había evaluado para la última semana promovida por la juventud más militante, sumado al llamado a silencio de los más empinados dirigentes oficialistas sobre una nueva reelección, fue evidencia clara de este freno táctico.
 
También ha sido perceptible el tono más tranquilo que adoptó la Presidenta en sus últimas alocuciones públicas y el hecho de que pasó una semana sin utilizar la cadena nacional después de una seguidilla. Éstas son las consecuencias más evidentes de un cambio de humor interno. En este clima, hablar de la reelección presidencial suena fuera de lugar, según admiten en el oficialismo.
 
Inclusive, podría alimentar aun más la incipiente movilización de la oposición que encontró en la conjunción del proyecto reeleccionista y las protestas de hace diez días un estímulo para reaccionar y programar acciones. (...)".
 
 
 
"Dos encuestas a las que tuvo acceso Clarín, muestran una pronunciada caída de la imagen de la Presidenta. Según la última medición de Management &Fit, en agosto Cristina registró una imagen negativa del 58,4 por ciento y positiva de 35,4 . La medición de Isonomía realizada a comienzos de este mes ubica a Cristina con 51,6 de imagen positiva y 46,1 de negativa.
 
En las mismas encuestas, a Alicia Kirchner tampoco le sonríen los números. En la de M&Fit la ministra de Desarrollo Social cosecha un 22,9 por ciento de imagen buena y muy buena, un 33,3% regular, un 25,2% mala. En la de Isonomía, tiene 46% de imagen positiva y 38% de negativa.
 
Esos números no alcanzan para sostener el sueño del kirchnerismo de obtener una victoria amplia en las legislativas que lo acerque a los dos tercios de las bancas necesarios para sostener viva la iniciativa de una reforma constitucional que abra las puertas a una re-reelección presidencial.
 
Con pronósticos negativos para el oficialismo en los principales distritos electorales del país, la provincia de Buenos Aires, otra vez, resultará clave.
 
A partir de los datos de las últimas encuestas, Cristina ya había ordenado frenar la confrontación con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, para tenerlo como aliado en las próximas elecciones legislativas.
 
Desde el entorno del gobernador reconocieron a Clarín que en las últimas semanas se incrementaron los contactos entre los funcionarios del Gobierno nacional y los bonaerenses. De todos modos, el gobernador, que pese a todo mantiene mejor imagen que la Presidenta, resiste los tironeos propios y ajenos y aguanta. Jura que no aportará su nombre ni el de su esposa a la boleta nacional pero peleará por las bancas para la legislatura provincial para garantizar su gobernabilidad. (...)".
 
 
"Halcones contra palomas. Agravios en las palabras y moderación en los actos. Todo coexiste en el interior de un gobierno aparentemente homogéneo. Sin embargo, el kirchnerismo no ha procesado definitivamente la novedad de las cacerolas como un nuevo e inesperado protagonista político. Las ideas que circulan en la nomenclatura son a veces contradictorias y, otras, muy distintas. Es una pelea de todos contra todos, explicó una fuente segura del oficialismo. La propia Presidenta oscila entre discursos más amables (ya sin la cadena nacional) y frases que revelan un fastidio íntimo y profundo contra algunos sectores sociales.
 
(...) Ricardo Echegaray echó a una directora zonal de la AFIP porque mandó a los countries del Gran Buenos Aires un documento con preguntas que metían miedo por el grado de intromisión del Estado en la intimidad de las personas. Echegaray echa a cualquiera antes de que lo echen a él. Personal de la AFIP aseguró que esa directora no hubiera tomado jamás tal decisión sin la aprobación expresa del jefe del organismo. O pecó, en todo caso, por haberse dejado llevar por el clima de la época. ¿Qué diferencia hay entre esas intromisiones y las que ejecuta Echegaray para autorizar la venta de dólares a los que viajan al exterior?
 
La orden presidencial que recibió el jefe de la AFIP fue clara: se sigue con lo que se hacía, pero no se deben agregar nuevas agresiones a los sectores medios de la sociedad. La única excepción fue Guillermo Moreno, que sigue ejerciendo el despotismo con la perfección de un artista. Nadie sabe lo que Cristina Kirchner ha perdido por el capricho de conservar al más impopular de los funcionarios de su administración.
 
La propia Presidenta retrocedió. Anunció modificaciones a la ley de riesgos de trabajo que ella misma propuso hace tres años. Cambió las retenciones a las exportaciones de biodiésel que su zar de la economía, Axel Kicillof, había fijado hacía pocas semanas. Los anuncios parecieron cambios profundos de viejas y ajenas decisiones. Eran todas decisiones suyas. Las retiradas fueron atropelladas, casi sin vocación ni ganas. Las palabras la traicionaron a la Presidenta, aunque tal vez necesitaba confirmar ante la militancia la línea política seguida por sus funcionarios. También ella fustigó verbalmente a los sectores medios. Se puede entregar cualquier cosa, menos el capital político e intelectual del kirchnerismo. Esa dirección la estableció ella misma: hay que retroceder disimuladamente con los actos, pero se debe avanzar con palabras de diatribas, de fracturas y de combates."
 
 
 
"La misión, de máxima sensibilidad, fue encomendada a un interlocutor habitual del Gobierno en la Justicia. Semanas atrás ese emisario sondeó al presidente de la Corte Suprema acerca de qué actitud tomaría el Máximo Tribunal si la AFIP exigiese a un banco la apertura de cajas de seguridad , en la presunción de que en ellas pudiera haber dinero y valores no declarados. Aseguran que la respuesta de Ricardo Lorenzetti fue tajante: la Corte no estaría dispuesta a avalar ningún atropello así sobre la propiedad privada.
 
Fuentes políticas aseguran que el emisario que contactó a Lorenzetti fue Javier Fernández, miembro de la Auditoría General y operador de gobiernos peronistas desde los tiempos de Carlos Menem.
 
Vista desde este antecedente inmediato, la alta exposición de Lorenzetti en estos últimos días, explicando que las reformas propuestas en el Código Civil no desprotegen a los titulares de las cajas de seguridad, sino que por el contrario amplían y mejoran las protecciones actuales , puede interpretarse como la intención de reforzar la negativa de la Corte a respaldar cualquier avance sobre los ahorros de particulares.
 
El miedo ya lo metieron” , dice un hombre que desde la política se acostumbró a navegar en las finanzas. Pero admite que no hay retiros importantes de las cajas de seguridad. Ni datos sobre el regreso de fondos al sistema bancario.
 
Como sea, el temor sobre ciertos pasos que pudiera dar el Gobierno también anidó entre los jueces de la Corte Suprema. Por eso los preocupó, además, conocer un borrador de reforma de la Constitución que –según ellos mismos dicen– introduce cambios sensibles en el régimen de propiedad. Ese texto es atribuído a un grupo en el que confluirían intelectuales oficialistas de Carta Abierta con gente vinculada al dirigente chavista Luis D’Elía. Además de circular en despachos de la Corte también fue leído en oficinas políticas.(...)".
 

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