lunes, 17 de septiembre de 2012

¿QUE PIENSAN LOS QUE SE MOVILIZARON EL 13-S?





Es cierto que la mayor parte de los movilizados el jueves pasado insultaron y agredieron a Cristina Fernández. En general, se trata de grupos compuestos por los que nunca la quisieron y también por los que se sienten defraudados por ella. Si bien se trata de un mosaico heterogéneo que no tiene un pensamiento único, todos quieren que se vaya ya CFK por múltiples razones: la inflación, la inseguridad, la tiranía, el cepo cambiario, la falta de libertades públicas y el estilo estalinista del elenco gobernante.

Son cientos de miles de ciudadanos que no quieren transigir con el cristinismo y que tampoco aceptarían que el Frente Amplio Progresista y gran parte del radicalismo voten muchos de los proyectos del oficialismo; y no les gusta que Macri intente dialogar con la presidente, es más, le exigen que se ponga duro frente al gobierno. Se trata, en su mayoría, de gente sólo dispuesta a seguir a los políticos de todos los partidos que se pronuncian en contra de este gobierno.

Sin concesiones
El estado de ánimo de los caceroleros los lleva a insultar, agredir y criticar, porque ven a gran parte de la clase política en negocios con el cristinismo y sin asumir una oposición seria ante el gobierno. Hay en este movimiento una revalorización de la vigencia de las libertades individuales y una crítica de las medidas invasivas de la privacidad, como las que ejerce la “Gestafip”. De ahí que los dirigentes políticos que quieran surfear sobre la ola del 13-S deberían comportarse como verdaderos opositores y no sostener posiciones ingenuas ante el poder como, por ejemplo, creer en la supuesta buena fe del cristinismo. Esto es, asumir que el gobierno siempre busca destruir a los que no están de acuerdo con el pensamiento único oficial.

En conclusión, a la presidente le ha surgido un núcleo fuerte de oposición que no se deja intimidar por su investidura y que comparte la última tapa de la revista Noticias, que plantea el goce de ella ante las multitudes que la aclaman.

También se advierte que muchos caceroleros son críticos del progresismo del grupo Clarín y su complacencia de otros tiempos, pero ahora lo defienden, porque es el único multimedios que los informa y contiene. Y en especial adoran el programa de Jorge Lanata, que parodia y critica sin concesiones al cristinismo.

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