01/09/12
El 12 junio pasado, Isabel Luisa Vizcaya, una abuela de 92 años, se fracturó la cadera. Fue trasladada al Sanatorio Mitre de Avellaneda, contratado por PAMI para atender a los abuelos. Allí estuvo 20 días, nunca debidamente atendida por los médicos (de por sí, escasos).
Este sanatorio fue evacuado en su totalidad, e Isabelita debió ser trasladada. Esta vez le tocó en suerte el Policlínico de la UOM. Creímos que allí terminaba su pesadilla, pero no, pues parece que todos los prestadores de salud contratados por el PAMI tienen la misma modalidad.
Allí los fines de semana no alcanza el personal, se nota la desidia y el abandono, imaginen ustedes el estado de la dermatitis resultante de la cama, la humedad y la falta de higiene.
Isabelita fue operada un mes y medio después. Nunca se quejó y día a día soportó los largos tiempos. Como familia fuimos respetuosos de estos tiempos y acatamos cada disposición, mentira y contrariedad, pero hemos aprendido que nada de esto sirve, pues hay que hacer escándalos para conseguir lo que corresponde.
El 18 del agosto Isabelita se cansó, tuvo una dermatitis comprometida y se apagó para siempre. Nos sentimos impotentes e indignados al saber que la historia podía haber sido otra. Isabelita no se queja, esperamos que el PAMI asuma todo el maltrato ocasionado: por no auditar, por no intervenir y por no controlar el estado de los centros sanitarios destinados a cuidar la salud de nuestros abuelos. Esperamos que este sacrificio sirva para que no haya más Isabelitas. Isabelita no se queja, ya se encuentra en el Paraíso con Dios.
Eduardo Lolato
elolato@yahoo.com.ar
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