sábado, 26 de enero de 2013

EXCELENTE Y CRUDA NOTA COMO LA REALIDAD ACTUAL



Si la putísima clase media no consigue volver a congregarse, triplicando cuando menos “la movilización del 8N”, a los muertos habrá que contarlos como si se tratara de cabezas de ganado rumbo al matadero





¡Perdone por lo extenso del título! Esta vez, mi reconocido poder de síntesis ha ido a parar a la mismísima mierda, mierda en la que nos hemos acostumbrado a revolcarnos, parafraseando al inolvidable Discepolín.

¡No sé si habrá advertido que los canales de televisión todavía dispuestos a ponernos de cara a la realidad ya no dan abasto para cubrir las tantas muertes violentas que se cuentan por día!

¡Le confieso que me importa tres carajos el índice inflacionario; si sus vacaciones tuvieron que ser más acotadas; si La Señora se estuvo pavoneando por Vietnam; si se concretó o no el pase de un jugador a algún equipo de la Primera División A del Fútbol Argentino; si Chávez se murió o sigue con vida; si Ricardo Darín dio o no marcha atrás, respecto a sus dichos respecto a la fortuna de la Presidente de la Nación; si a ésta se le dio por twittear como si se tratara de una frustrada integrante de la farándula!

¡En definitiva, me importa tres carajos todo aquello que no tenga que ver con la “actividad criminal” a la que este gobierno deberá poner término de manera inmediata, echando mano a todos los recursos habidos y por haber!

Acá la ecuación es muy sencilla. Acá la duda ya está sobradamente develada. Se trata de preservar la vida de los homicidas, o la de todos aquellos hombres, mujeres y niños inocentes desamparados, desprotegidos, condenados a una muerte violenta segura que finalmente nos tendrá a todos como víctimas.

“La opción” no admite demasiados cabildeos. ¡Debo suponer! que la opción no admite demasiados cabildeos. ¡Caso contrario, me sentiré con todo el derecho a pensar que la matanza forma parte de un programa de gobierno que contempla el Holocausto como medio del más aberrante de los fines que pueda perseguir! ¡Y por supuesto que me siento con derecho a suponerlo! ¡Es imposible tamaña ineptitud, tamaño desprecio por la vida misma, ese legado de Dios que sólo Dios puede quitarnos!

¡Si el Gobierno Nacional dispone de todos los recursos que el Estado le brinda… que Ud. y yo le brindamos, para disponer a voluntad de emprendimientos ligados únicamente a la política; para disponer a voluntad de la contratación de serviles incapaces, a quienes se concede el beneficio de actividades o cargos obscenamente rentables; para costear los constantes viajes de nutridas delegaciones de funcionarios públicos, empresarios e invitados especiales a países excelentemente gobernados por regímenes comunistas, dictatoriales, tiránicos, so-pretexto de un posible intercambio cultural o de bienes de consumo, o “de juguetes” donde posiblemente no falten los sexuales o eróticos, el Gobierno Nacional debe disponer de todos los recursos que el Estado le brinda para preservar la vida y el patrimonio de las personas; ¡de esos cuarenta millones tan trillados y dejados a la deriva!

¡Pero por sobre todo, el Gobierno Nacional, debe tener sí, en este caso, la VOLUNTAD POLÍTICA de terminar definitivamente con toda esta lacra de miserables hijos de puta que ya se propaga como si se tratara de alguna de las tantas PESTES que tiñeran de luto demasiadas páginas de la historia Universal!

El criminal, el chorro, el violador, secuestrador, el simple punga o el simple arrebatador, cuentan con un factor a favor que inexorablemente le coloca en situación de “ventaja” respecto a la víctima. Le estoy hablando del “factor sorpresa”.

¿Por dónde empezar, entonces? Simple, tan simple como imposible de entender que todavía no se halla “tomado el toro por las astas”. El “factor sorpresa”, debe estar del lado de la justicia, o quizá y para mejor decir, de la autoridad competente que tiene por sobre todo, la obligación indelegable de actuar como “auxiliar de justicia”.

 Me estoy refiriendo obviamente a las fuerzas policiales. Las policías, conocen perfectamente el lugar donde viven o “se aguantan” estos terribles hijos de puta, y entonces, se le debe habilitar para que ¡vaya por ellos!, en lugar de aguardar que cometan ese delito que pueda costar la vida de un semejante.

Por esto hablo de VOLUNTAD POLÍTICA, una voluntad política que en tanto se siga remitiendo a ignorar una orden emanada de la justicia; en tanto se siga remitiendo a apariciones en Cadena o en no Cadena para anunciar la inauguración de una nueva fábrica de chacinados; para irrumpir a través de alguna “agrupación” en establecimientos educativos a modo de “lavado de cerebro”, etc., etc., implícitamente les estará concediendo a semejantes bestias humanas, el disponer a voluntad de ese factor capaz de dejarnos a merced de sus más bajos instintos.

¡Y entonces, la putísima clase media, a la que pertenezco, deberá lanzarse masivamente a las calles, con la más clara de las consignas, como para que ningún Ministro, legislador, o funcionario pelotudos, puedan excusarse por no haberla interpretado cabalmente!

¡Y esa consigna deberá tener como única protagonista, a la vida misma! ¡Será seguramente un acto que nos permita reivindicarnos con esa dignidad a la que cada día que pasa, más le soltamos la mano!

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