Los funcionarios, en los recientes casos Kicillof y Boudou, fueron escrachados tanto por los errores que pudieran haber cometido como por la condena social debido a los hechos de corrupcion extremo del Gobierno que representan.
Como recalcan diferentes actores politicos y sociales estos malestares deberian verse reflejados en las urnas y no a traves de escraches, pero dadas las circunstancias (deseos y necesidades de expresar rechazos a medidas del gobierno sin posibilidad alguna de hacerlo) y del temor a irregularidades que pudieran cometerse en las proximas elecciones, la gente, alterada por demas, comenzo a buscar otra forma de expresarse que en algunos casos, como el que nos ocupa en estos dias, es rapidamente apoyada por otras personas que se incluyen en la queja.
Al no haber libertad para expresarse, posibilidad de ser escuchado, sin respuestas ante las quejas, ni respeto por parte de las autoridades la gente opta por caminos alternativos.
Estamos de acuerdo que las familias de los funcionarios deberian ser respetados pero tambien debemos coincidir que las familias de todos los ciudadanos deberian serlo, y esto ultimo no es tenido en cuenta por el gobierno, en especial por la Presidente que, en forma repetitiva, utiliza la cadena nacional para ridiculizar a opositores sin aplicar la regla basica del respeto que exige para sus funcionarios.
Por otro lado los primeros que deben respetar y proteger a los hijos deben ser los propios padres. En el caso del Sr. Kicillof no deberia haber expuesto a los suyos a un muy probable escrache debido a que la gente que participaba de la travesia en Buquebus de Colonia a Buenos Aires eran mayoritariamente "caranchos" a quienes se los ataca y ridiculiza con frecuencia.
Asimismo el Sr. Kicillof ocupo espacios en el buque sin privacidad alguna y sin seguridad personal lo que aumentaba el riesgo…..me queda por preguntar….el Sr. Kicillof lo hizo premeditadamente?.....llama la atencion la presencia de dos personas que integran el staff de 6-7-8.
Siempre a su disposicion le deseo mucha suerte.
Lic. Cristina Feeney
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