sábado, 25 de mayo de 2013

Juan José Sebreli: "Estamos en un fin de ciclo, pagando el fin de fiesta"


El sociólogo no duda en tildar al kirchnerismo de "populista" y considera que es "un episodio del peronismo", no algo distinto

Por   | LA NACION




Para Juan José Sebreli, l a década kirchnerista es una construcción ficcional . Nada que haya pasado en los últimos diez años puede entenderse cabalmente si se lo aísla de la historia del peronismo. Es desde ese punto de partida que el sociólogo propone poner el período bajo la lupa. Habla de un ciclo que está llegando a su límite y del relato, la falta de memoria y el autoengaño como claves de la repetición.

-¿Cuáles son los mayores logros de la década?

-Creo que el criterio es tomar el conjunto, porque hasta los peores gobiernos tienen algo bueno. Por eso juzgo el conjunto. Y el conjunto es negativo.

-¿Por qué?

-Porque se ha impuesto un sistema político autoritario, que llamo cesarismo plebiscitado, que es una figura de Weber, o neopopulismo latinoamericano. Un sistema contrario al sistema democrático republicano. También por el lado económico se ven los malos resultados. Es un modelo basado en el predominio del consumo sobre la producción y el subsidio de industrias sin capacidad exportadora. Un modelo que sólo puede sostenerse mediante inflación, endeudamiento y vaciamiento del Banco Central y de las cajas de jubilación. Un modelo inflacionario que crea un apogeo, las famosas fiestas peronistas, que duran cinco años en casi todos los casos. De nuevo estamos llegando al fin de ciclo, estamos pagando el fin de fiesta. Ya hemos vivido este ciclo y sabemos que termina mal.

-¿A qué atribuye esa repetición cíclica?

-A que sectores de la sociedad argentina carecen de memoria y buscan autoengañarse. No hago cuestiones personales. Digo que estamos al borde de pasar a un sistema casi totalitario.

-¿Dónde ve ese pasaje?

-En la politización total de la vida cotidiana que se está realizando, que es típica de los sistemas totalitarios, en la invasión política de los aspectos de la vida privada y en la vigencia de un liderazgo carismático, de un líder que se dirige directamente a las masas y prescinde de intermediaciones, tanto de los poderes como de los medios.

-¿Encuentra diferencias entre la presidencia de Néstor y los mandatos de Cristina?

-Es que no hay tal cosa. El modelo es exactamente el mismo. Siempre que hay un dúo en el poder el que se muere es el positivo y el que queda es el negativo. Lo que pasa es que a Néstor le tocó la parte de la fiesta y ahora al cristinismo tardío le toca la parte del costo del despilfarro. El lodazal de hoy es producto de las tormentas de ayer.

-¿Hay algún aspecto en el que el kirchnerismo haya sido absolutamente originial?

-No. El kirchnerismo no es más que un episodio del peronismo. Los diez años están dentro de más de 50 años de peronismo. No se puede criticar al kirchnerismo sin criticar al peronismo. Los antecedentes son el bonapartismo estudiado por Marx, y retomado luego por Weber con la idea de cesarismo plebiscitado.

-¿Coincide con que el kirchnerismo promueve una polarización de la realidad?

-Sí. Es lo que plantea Carl Schmitt y que expresan el nazismo y el fascismo, dos formas exacerbadas de populismo.

-¿Se puede volver de esa polarización?

-Únicamente mediante el fracaso electoral de Cristina en las próximas elecciones. De otra manera, se va a profundizar. Cuanto peor le vaya al Gobierno, peor va a ser, porque el sistema es doblar la apuesta. Cambio promovido por el propio kirchnerismo no va a haber.

-¿Cómo va a retratar la historia la década kirchnerista?

-Insisto: no hablo de la década kirchnerista. Hablo del medio siglo populista.

-¿Cómo explica la vigencia del kirchnersimo en el poder?

-Por el relato. La gente se deja guiar por los relatos. Uno podría estar de acuerdo con el relato, pero el problema es que no tiene que ver con la realidad. Además, la oposición no tiene relato, o tiene un relato poco atractivo. El populismo es atractivo, es fascinante, es una epopeya. Hablar de leyes, de la independencia de los poderes, es más gris, no atrae. El relato es fundamental. Incluso entusiasmó a intelectuales a los que el relato les encanta: pueblo contra oligarquía, gesta heroica. El relato engancha a la gente menos culta y a algunos intelectuales.

-¿Tiene vida el kirchnerismo más allá de Cristina?

-No. Porque no hay candidato a la sucesión. La prueba es la fuerza que están haciendo para encontrar heredero. Les queda hacer una reforma constitucional o intentar algo a través de la amplia mayoría que tienen en el Congreso.

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