junio 18, 2013
“Antes de su llegada a cualquier país, su equipo debe asegurarse de que tendrá a su disposición una cinta para caminar, una bicicleta, una tostadora, un exprimidor de frutas y pan de salvado que importa de su país y que nunca debe faltarle”. También es más que probable que alguno de sus subalternos tenga que acudir a horas intempestivas para comprarle a ‘La Señora’ -como la conocen en los pasillos de Casa Rosada- un bolso a juego con el modelo que quiera lucir ese día. Caprichos más propios de una estrella de rock que, al parecer, corresponden a Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta de Argentina.” (“Cristina, de legisladora combativa a presidenta fashion”. Sylvina Walger, Ediciones B. Agosto 2010).
Cuando el Grupo Clarín decidió darle cobertura a las protestas del campo que se generaron por la resolución 125, la Presidenta envió al Congreso la Ley de Medios para desguazar a Clarín y crear un monopolio de medios estatal para que éstos muestren una sola realidad: LA OFICIAL (o “el relato”).
Mas tarde, luego de que el periodista Jorge Lanata hiciera públicos los casos de corrupción que involucran al ex Presidente Néstor Kirchner y a Lázaro Báez, Cristina envió al Congreso una Ley Antilavado para garantizar la impunidad de los valijeros que se enriquecieron ilícitamente a costa del Estado durante éstos 10 años de kirchnerato.
Paralelamente, cuando la Justicia comenzó a demostrar signos de independencia, CFK impulsó la mal llamada Ley de Democratización de La Justicia, para poder nombrar y destituir jueces a su antojo.
En estos días la Corte Suprema deberá resolver sobre la constitucionalidad de la Ley de Medios y de la elección popular de los miembros del Consejo de la Magistratura. En función de esos fallos, se podrá en marcha la maquinaria oficial para poder concretar el penúltimo capricho de Cristina: aumentar el número de miembros de la Corte para tener una mayoría automática. Y adicta.
Cuando el Grupo Clarín decidió darle cobertura a las protestas del campo que se generaron por la resolución 125, la Presidenta envió al Congreso la Ley de Medios para desguazar a Clarín y crear un monopolio de medios estatal para que éstos muestren una sola realidad: LA OFICIAL (o “el relato”).
Mas tarde, luego de que el periodista Jorge Lanata hiciera públicos los casos de corrupción que involucran al ex Presidente Néstor Kirchner y a Lázaro Báez, Cristina envió al Congreso una Ley Antilavado para garantizar la impunidad de los valijeros que se enriquecieron ilícitamente a costa del Estado durante éstos 10 años de kirchnerato.
Paralelamente, cuando la Justicia comenzó a demostrar signos de independencia, CFK impulsó la mal llamada Ley de Democratización de La Justicia, para poder nombrar y destituir jueces a su antojo.
En estos días la Corte Suprema deberá resolver sobre la constitucionalidad de la Ley de Medios y de la elección popular de los miembros del Consejo de la Magistratura. En función de esos fallos, se podrá en marcha la maquinaria oficial para poder concretar el penúltimo capricho de Cristina: aumentar el número de miembros de la Corte para tener una mayoría automática. Y adicta.
La Solano Lima
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