domingo, 16 de junio de 2013

Negociaciones secretas






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Desde el momento en que el tema de la reforma judicial centralizó la nueva operación del gobierno para lograr la totalidad del poder político e institucional, se pusieron en marcha negociaciones reservadas en la cúpula del Poder Judicial para determinar la acción a seguir.

 Los contactos se aceleraron a partir de las espontáneas cautelares presentadas por numerosos jueces en forma de una verdadera catarata que aportó su carga a un duro y difícil proceso que promete extenderse por mucho tiempo. Acosadas por la realidad que demuestra que no le será fácil imponer su autoritarismo, las cabezas más lúcidas del kirchnerismo no podían ignorar esta circunstancia, pero de todos modos resolvieron impulsarla a Cristina para que haga el anuncio de la “democratización” y así pulsar el ambiente y conocer quiénes serían los enemigos más fuertes y decididos. Si se perdía esta ronda, podían tomarse el margen necesario para repetir la operación o bien pensar en otra con la misma finalidad. La primera señal que recibieron esos pensadores del proyecto fue el viaje de la jueza electoral Romilda Servini de Cubría, que decidió no suspender sus vacaciones en Italia y volver sobre el filo de los tiempos para resolver.

La segunda fue el viaje al exterior del discutido juez Raúl Zaffaroni -responde claramente a la Casa Rosada- quien, a la inversa, dejó el país para instalarse durante un lapso indeterminado en el exterior, al menos el suficiente hasta que pase la tormenta y no tener que votar en contra de sus colegas en la Corte. O, si se prefiere, no tener que complacer al gobierno sin tener la certeza de cual sería la evolución de la pulseada. Los que se quedaron midieron el impacto entre los jueces, lo que les permitió una primera conclusión: comenzó una nueva y dura batalla provocada por el cristinismo, que podrá ser decisiva con relación al futuro y la libertad de los argentinos. Son los que sostienen que no existe Estado sin Justicia.

Desde la resolución de la doctora Servini de Cubría se aceleraron las conversaciones y reuniones reservadas en medio de versiones encontradas y candidaturas a integrar listas, irresueltas, suspendidas o demoradas hasta el sábado. Bajo la lupa quedaron los ministros de la Corte, quienes comenzaron a entrecruzar informaciones y opiniones no todas iguales pero sí concurrentes a la urgencia o demora en expedirse. Estos tres días hábiles que tiene la semana que se inicia mañana lunes serán importantes y movidos.

 Por un lado, las versiones -muchas de ellas lanzadas al ruedo por el sistema de inteligencia del oficialismo- señalan que existe un criterio formado acerca de la inconstitucionalidad de buena parte del ordenamiento legal que votó el Congreso con la complicidad -¿corresponde otro vocablo?- de senadores y diputados que se alinearon con los intereses kirchneristas jaqueados por las denuncias de corrupción que, a la larga o a la corta concluirán con el régimen. Una primera versión sostiene que “pese a todo, el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, duda sobre la conveniencia de jugarse”. Otra versión sostiene que algún ministro participa de las mismas dudas y surgen nombres y apellidos que no vamos a mencionar por no tener la certeza de lo que se comenta, aunque llegará el momento.

Algunas de las mujeres que integran el máximo Tribunal del país están resueltas a votar taxativamente a favor del fallo de la Jueza Electoral Servini de Cubría, “quien fue al fondo de la cuestión, definió una conducta y todos sabemos lo que anticipamos”. Como Sergio Massa, las dudas no están claras y no faltan aquellos que sostienen que se trata nada más que de una estrategia que llegará al borde mismo de los plazos…” En no todos los partidos políticos se tiene una noción exacta del problema y en la mayor parte de ellos se ignora lo que está en juego. Esto es así porque los partidos como tales han dejado de existir y solamente hay candidatos o dirigentes. Personas… que valen mucho, poco o nada.

La última afirmación es especialmente válida, en su primera parte, para aquellos que se juegan en esta etapa de la decadencia argentina donde no caben las dudas ni las especulaciones. En las negociaciones secretas que se llevan a cabo hay de todo y el gobierno ofrece tentaciones que, si se aceptan, servirán para definir a unos y a otros. Ayer, entre los decididos se ubicó un dirigente gremial que, en apretada síntesis, expresó: “Estos diez años de crecimiento están escondidos en las cajas fuertes”. El autor de la frase es Gerónimo Venegas, el titular de la Unión Argentina de Trabajadores y Estibadores Rurales, UATRE, que no dudó en apoyar la huelga del campo que concluirá, en su primera etapa, el próximo miércoles. Como en otras cuestiones básicas del escenario argentino, pocos fueron los partidos políticos que tuvieron una actitud similar. El exceso de prudencia es una característica de los miedosos.

Es cierto que el kirchnerismo se especializó en instalar el miedo y también es cierto que el miedo no caracteriza a los corruptos que comparten ganancias con el poder político y que no se amilanan en continuar con sus planes pese a que se “destapan las ollas”. ¿Acaso los hermanos Mario y Claudio Cirigliano dejaron de mover los hilos de los talleres ferroviarios y empresas secundarias que crearon con los subsidios que debieron destinar al Ferrocarril Sarmiento y les fueron quitados después del drama del Once? ¿Acaso Lázaro Báez dejó de avanzar con sus proyectos de compra de campos aquí y en el exterior y de construir represas, pese al escándalo de las cajas fuertes y la estructura prebendaria de sus empresas?

En éstos y otros casos cuyos entretelones circulan por el Congreso, las Legislaturas y los Juzgados, ninguno de los beneficiados se detiene en sus maniobras. Por supuesto, confían en la vigencia de sus contactos y en la eternidad política que los ampara en su “caradurismo”. Jaime sigue en libertad, disminuyó el número de presos políticos -son más de un millar- por la muerte de ancianos sin derechos humanos en una Argentina que se muestra egoísta y desagradecida, mientras son pocos los que saben que nada detendrá las maniobras para instalar caras simuladoras de viejas ideas que, bautizadas como bolivarianas o chavistas y, entre nosotros, “economía de inclusión” y otras rarezas en las que nadie cree, persisten en remontar la corriente.

Volvamos entonces con pocas palabras a las negociaciones secretas cuya culminación conoceremos la semana entrante y vayamos, como quien dice, de un trazo o de un tirón, al tema crucial de la inconstitucionalidad de la ley de Reforma Judicial y reiteremos que los conceptos morales que consignamos más arriba también suben hasta la Corte Suprema, donde llegó la Ley de Medios, toda una cuestión que se relaciona con la libertad y el futuro que ya mencionamos. Agreguemos como colofón esperanzador la ratificación que fortalece el ánimo de los jueces que persisten: nadie quiere suicidarse. Dejar pasar la Ley recusada parcialmente será como envenenarse poco a poco, aunque cada vez será más rápido.

Nota de Redacción de La Misère Porc:

¿ No será hora de pensar que Carrió tiene razón en todo lo que denuncia?

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