miércoles, 31 de julio de 2013

EL MIEDO, LA OBLIGACIÓN Y EL DERECHO DE RESISTIR











31 de Julio del año 2013 - 1179

 
Cada vez hay más gente que tiene miedo y cada vez más miedo. Eso es una mala señal, muy mala señal.

No critico a quienes tienen miedo. Yo también tengo miedo. Lo malo es dejarse vencer por el miedo y quedarse paralizado a la espera de que las desgracias que tememos caigan sobre la cabeza de los otros.

Hay muchas cosas que se pueden hacer para terminar con la tiranía y que si bien implican algún riesgo, si se piensan con cuidado y se hacen con inteligencia, pueden y deben hacerse.

Lo que es lamentable es ver como se falsifica la oposición haciendo creer a la gente que ciertos actos son efectivos pero que, en realidad, no sirven para deslegitimar y acabar con el gobierno tiránico por vías constitucionales.

Estas vías no exigen necesaria e inicialmente el voto. Si ese fuera el único medio, estamos perdidos porque como he explicado varias veces en estas páginas todo el sistema "democrático" ha sido anulado en el país por medio del monopolio de los partidos que forman parte de la "dirigencia" corrupta e inepta y el fraude más escandaloso.  

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Hay otros medios amparados por el art. 36 de la Constitución (versión 1994), que establece la obligación y el derecho de resistencia contra los gobiernos surgidos de la violencia. Ésta no es únicamente la de una asonada militar sino también el fraude, la malversación de fondos públicos para financiar las campañas del oficialismo, el soborno de los pobres para conseguir votos, y otras tropelías semejantes que deslegitiman a este gobierno desde su origen en el 2003.

Conste que cuando digo "asonada militar" me refiero a un golpe militar contra autoridades legítimas, sin fundamento en la Constitución. No es "asonada militar" un acto de las FFAA provocado por notorias violaciones de la Constitución que tienda, sin demora y sin abuso de la fuerza, a restablecer inmediatamente la República, abolida de facto por un gobierno insanablemente nulo.

El mismo artículo establece la obligación y el derecho de resistir a un gobierno que continuamente desconoce la Constitución y los derechos individuales, dictando leyes, decretos, resoluciones y realizando otros actos de poder que los afrentan.

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¿Qué se entiende por "resistir"?

Por lo pronto, el mismo artículo 36 declara "insanablemente nulos" todos los actos de un gobierno surgido de un golpe de fuerza y todos los actos de cualquier gobierno que viole clara y frontalmente la Constitución, aunque una Corte Suprema, adicta y cómplice de ese gobierno, se abstenga de así definirlo.

Además, sus autores, o sea, los integrantes de esos gobiernos de fuerza quedan "inhabilitados a perpetuidad para ocupar cargos públicos y excluidos de los beneficios del indulto y de la conmutación de penas" y son "pasibles de la sanción prevista en el art. 29 de la Constitución".

Este artículo cae también sobre los legisladores que convalidan los actos de fuerza de quienes usurpan el gobierno y usan el poder así usurpado para violar la Constitución y dice: "Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de infames traidores a la Patria."

A su vez, el Código Penal impone una pena de reclusión o prisión perpetua a los traidores a la Patria fulminados por el art. 29 citado de la Constitución Nacional (arts.  227 y 215 del citado Cödigo), al cual se remite el art. 36 que protege a la ciudadanía contra la ilegitimidad de origen de los gobiernos y de los actos que realicen.

Normalmente debería ser el Congreso el que destituya al gobierno por medio de un juicio político y los jueces de la Nación quienes dicten las sentencias que penen a los autores por los atentados contra la República usurpando el poder o abusando descaradamente de él.

Pero si los legisladores y los jueces forman parte de la banda que ha asaltado el poder, como ocurre en estos momentos, es evidente que no lo harán y el peligro de que una tiranía sin fin se instale en el país, como ocurrió en Cuba en 1959 y en los demás países que tuvieron la desgracia de caer en manos del comunismo, aunque ahora finjan haberse democratizado, es suficientemente grave como para que se piense en acciones extraordinarias, dentro de la Constitución, para impedir que nos pase lo mismo.

Los argentinos -si es que todavía quedan algunos- estamos obligados a defender nuestra cultura y nuestra civilización tradicionales, dentro del marco de la Constitución Nacional. No podemos entregar el país a una banda de facinerosos que han conseguido adueñarse del poder y pretenden que es "ley" su omnímoda voluntad por el sólo hecho de que ésta se ha revestido con una apariencia de legalidad.

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Luego tiene que haber otras formas de resistir que sean constitucionalmente aceptables y efectivas para acabar con la tiranía.

Los "cacerolazos", de los que ya hubo cuatro muy grandes y habrá otro el próximo 8 de Agosto, hubieran podido ser un grandioso comienzo de resistencia, pero la tiranía, sus cómplices de la falsa "oposición" y la prensa, han conseguido convertirlos en una especie de carnaval heterogéneo que se agota en sí mismo, sin hacer mella alguna al gobierno inconstitucional que padecemos.

¿Por qué ha sido eso? Por varias razones que ya expliqué en el número 1109, del 8/6/2012 de este periódico con ocasión del "cacerolazo" del 7 del mismo mes. Los cacerolazos no han servido para frenar la usurpación, ni los atropellos, ni los latrocinios de este gobierno, ni para renovar las "figuritas repetidas" de la falsa oposición.  El del 8 de Agosto tampoco servirá si no se cumplen las condiciones que expliqué en ese artículo. Pero ya está mal planteado y es tarde para corregirlo.

Sin embargo, queda en pié la posibilidad de hacer que futuros "cacerolazos" bien organizados sirvan a la resistencia. Para resumir, las dos condiciones esenciales que deberán cumplir para eso son las siguientes:

1) Proponerse como objetivo deslegitimar la tiranía y la falsa oposición en su totalidad. "Deslegitimar" quiere decir difundir y arraigar en la opinión pública la plena aplicabilidad del art. 36 de la Constitución (versión 1994) a esta tiranía y a sus cómplices que han tolerado y acompañado todas las violaciones cometidas contra la Carta Magna. Este aporte de la sociedad civil inerme es indispensable para que las FFAA cumplan su juramento de defender la Patria y su Ley Fundamental exigiendo el inmediato retorno a la plena vigencia del sistema republicano de la Constitución, creando las condiciones necesarias para eso, es decir, obligando a los usurpadores y a los falsos opositores a renunciar a su ilegítimo predominio.

2) Aceptar para esos “cacerolazos” el liderazgo de patriotas genuinos, justos, idóneos y decididos, con nombre y apellido y no ocultos en “redes” anónimas, que puedan conducir la resistencia hasta su éxito final. Esos dirigentes deben hablar en las concentraciones y sus discursos deben darles el significado arriba indicado.

Cosme Beccar Varela 

La presente nota del Dr. Cosme Beccar Varela es publicada en La Misère Porc, por gentileza de su autor.



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