lunes, 22 de julio de 2013

Elecciones: ¿el gobierno está mejor o peor que en el 2009?

julio 22, 2013








Ya quedan sólo 20 días para que se devele si las PASO marcarán un panorama de derrota para el oficialismo similar al del 2009. Los resultados del 11 de agosto quizás tengan un sentido inverso a las primeras primarias, las del 14 de agosto del 2011.

 En esa fecha, CFK obtuvo un 51% de los votos, que permitió instalar el “Cristina ya ganó” y que convirtió la elección del 23 de octubre en un mero trámite. Del lado opositor, se benefició sobre todo el FAP que, saliendo segundo, obtuvo algunos diputados y un senador más.

Entre los encuestadores hay consenso en que la situación económica, que es clave para cualquier elección, es hoy bastante peor que en 2011 con sus tasas chinas de crecimiento. Sin embargo, es mejor que en el 2009, cuando hubo una recesion del 3% Para este año los analistas económicos más criteriosos hablan de un crecimiento de entre el 2 y el 3%, con una tasa de inflación del 25/27%, cepo cambiario, pérdida de reservas y dólar blue que se dispara, se calma y vuelve a subir debido a las intervenciones del gobierno. A este análisis hay que agregarle que en tres oportunidades se realizaron marchas masivas contra el gobierno -el 13S, el 8N y el 18A-, que movilizaron sobre todo a la clase media descontenta, desde la baja a la alta.


 En el 2011, este arco social votó mayoritariamente por Cristina y hay que apuntar que hoy la situación ha cambiado. Sobre todo por la irrupción de Sergio Massa, que lanzó su candidatura con la consigna de captar a las clases medias, que ahora incluyen al sector de los trabajadores bajo convenio que ganan sueldos altos y a los cuales los afecta el mínimo no imponible del impuesto.

 Se podría decir que, siguiendo los números, aparentemente la economía esté mejor que en el 2009, pero no ocurre lo mismo en la percepción de la gente, que ve que la plata no alcanza. Coincidentemente, el Frente para la Victoria va a las urnas debilitado por el alejamiento del moyanismo primero y de Massa después, junto a unos 20 intendentes de la provincia de Buenos Aires. Y el bloque mayoritario de intendentes que sigue en el FPV juega ostensiblemente a dos puntas con el Frente Renovador.

Extraños números


Hoy por hoy, la mayoría de las encuestas le otorgan a Massa como mínimo una ventaja de 10 puntos sobre Martín Insaurralde. Ayer se difundieron números de encuestas de autor desconocido que indican que Insaurralde habría descontado a 7 puntos la ventaja que le levaba Massa. No obstante, ni siquiera estos anónimos vaticinan que el intendente de Tigre corre riesgos de salir segundo. Tomando como indicador a Poliarquía, quizás la encuestadora que más acertó junto a Management & Fit, si analizamos los números de la Capital, no deja de sorprender que hace una semana Lilita Carrió tenía el 29% de intención de voto y ahora bajó al 17%. Pero si se le suma a Ricardo Gil Lavedra y Martín Lousteau, llega a 34%. Así es que, si Carrió gana las PASO y obtiene el 30%, todo se podrá explicar. Más difícil es entender cómo Sergio Bergman pasó en una semana del 14% al 26% de intención de voto, cuando hay una sensación generalizada de que es un candidato insípido que no atrapa a los votantes.


La realidad es que, salvo escasas excepciones como Jorge Giaccobe, en general las encuestadoras tiene en distinto grado vínculos con el gobierno. Así es que muchas encuestas, si bien arrojan números que favorecen a la oposición, en sus explicaciones dan pie para que el gobierno pueda descontar diferencias de acá a 20 días. Y algunas hasta argumentan que la tendencia puede cambiar para octubre, lo cual es muy difícil.


Una prospectiva prudente indicaría que el cristinismo podría mejorar unos 5 ó 6 puntos en la Capital Federal y Santa Fe, sumando en ambas un diputado nacional. Pero en Buenos Aires puede perder 3 ó 4 diputados y una decena en todo el país.


Una tendencia parecida valdría para el Senado. De ahí que la Casa Rosada optó por difundir una ola de buenas noticias, como el crecimiento a tasas chinas de mayo, la cosecha de 105 millones de toneladas y varias mentiras escandalosas más, de escaso vuelo por la baja credibilidad que hoy afecta al oficialismo. El kirchnerismo podría, en definitiva, tener este año un saldo electoral similar al del 2009, manteniendo mayoría en ambas cámaras o tal vez perdiéndola por escaso margen.


En nuestro nuevo sistema electoral, las primarias son una especie de primera vuelta y las generales la segunda. Si el 11 de agosto el gobierno sale mal parado, puede desencadenarse una crisis de gobernabilidad con explosión cambiaria incluida. El fracaso del blanqueo de capitales está abonando esta perspectiva.

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