Jaime, ese peligroso archivo viviente

25/07/2013

Por Ricardo Roa

Jaime ya es para el kirchnerismo lo que María Julia fue para el menemismo: el símbolo de una época de corrupción. Es cierto que compite mano a mano con su ex jefe De Vido en el número de denuncias, pero acumula más causas judiciales que ningún otro funcionario o ex funcionario de este gobierno.

De un tiempo a esta parte, Jaime enfrenta otro competidor que está en carrera: Lázaro Báez, al igual que él del círculo íntimo de los Kirchner pero, a diferencia de él, un hombre de negocios, para llamarlo de algún modo, que operó y opera desde afuera del Estado.
Como De Vido y Báez, Jaime arrancó en Santa Cruz y como ellos tuvo un progreso meteórico: los tres han hecho de enriquecerse el sentido de sus vidas. Ayer, el ex secretario de Transporte volvió a presentarse en los Tribunales, esta vez por una malversación de fondos en una obra del ferrocarril Belgrano Cargas en 2009.

Estuvo prófugo seis días hasta que camaristas cercanos al Gobierno lo eximieron de la prisión preventiva que le había aplicado el juez Bonadio. Beneficios que otorga pertenecer al poder: la Policía Federal, que no había podido ubicarlo, le abrió una puerta trasera del edificio de Comodoro Py para que pudiera eludir a los periodistas .

En el juzgado, Jaime declaró dos domicilios. Uno en Puerto Madero (¿dónde si no?) y el otro en una casa en Córdoba que está a nombre de una de sus hijas y que a juicio del fiscal no puede justificar cómo la adquirió, una constante en los bienes del ex funcionario.

El mismo trámite había tenido que hacer ante la Justicia cordobesa, donde la semana próxima afrontará un juicio oral y público por supuesto ocultamiento de pruebas y donde tuvo que depositar una fianza de $ 200.000 para no quedar preso. Durante una requisa en una de sus casas, Jaime pretendió evitar que la policía incautara tarjetas personales, en una de las cuales aparecía como socio de la firma Cerro Motos, vinculada con uno de los hijos de De Vido. Todo muy del folclore K.

Hasta ahora, Jaime está procesado en estas dos causas y en otras dos, por recibir dádivas de empresarios a los que debía controlar y por la tragedia del Sarmiento, nada menos. También se lo investiga por sobreprecios en la compra de material ferroviario, vagones de subtes y aviones para Aerolíneas y por enriquecimiento ilícito. Y la lista continúa.
Jaime siempre fue un personaje clave en el entorno de los Kirchner y Kirchner lo sostuvo todo el tiempo. Recién lo dejó caer después de la derrota electoral del 2009, cuando se sabía que estaba insalvablemente a tiro de la Justicia.

El siempre se encarga de recordar estas tres décadas formando parte “de este proyecto nacional”. Más que una profesión de fe kirchnerista, es un recordatorio para los que aún están en el Gobierno de que es un archivo viviente que puede resultar de molesto a muy peligroso.