lunes, 23 de septiembre de 2013

Ataque a la caravana de Massa: la orden habría venido de arriba





septiembre 23, 2013
 
 
 
 
 
 Distintos analistas y dirigentes políticos se preguntaron en las últimas semanas si cuando el cristinismo esté cercano a su fin de ciclo, jaqueado por graves problemas económicos, optaría por desencadenar una ola de violencia para intentar deslegitimar el proceso electoral. Esta hipótesis tomó vuelo ayer. A poco más de un mes de las elecciones legislativas del 27 de octubre, cuando se inicia la nueva campaña electoral, Sergio Massa se puso al frente ayer de con una caravana en La Matanza (donde en las primarias obtuvo 11 puntos menos que el FpV) que iba de Ciudad Evita a Rafael Castillo. 

El intendente local, Fernando Espinoza, mantiene conversaciones reservadas con Massa, al que algunas encuestas lo dan vencedor en La Matanza por alrededor de 3 puntos. El caso es que la agresión con piedras que sufriera la caravana massista, con un saldo de tres heridos, no habría sido el resultado de una acción impulsiva sino planificada.

El plan

 

Después del acto en Ezeiza que presidiera el viernes pasado la presidente, ella se habría reunido con parte de la cúpula de La Cámpora. Estuvieron presentes, entre otros, Eduardo “Wado” de Pedro, el “Cuervo” Andrés Larroque, José Ottavis y Mayra Mendoza. Esta última, diputada nacional y responsable de la tercera sección electoral, cumpliendo instrucciones, habría contactado a la barra brava de Almirante Brown y de otros clubes del ascenso de la zona sur para organizar los incidentes contra la caravana del Frente Renovador que tendrían lugar dos días después.

 El objetivo de la provocación habría sido conseguir que los massistas contestaran la agresión y que se armara entonces una batahola que le serviría al multimedios oficial para acusarlos de violentos. La reunión en la que se habría decidido montar la provocación se convocó luego de que el secretario de inteligencia Héctor Icazuriaga le entregara a la presidente la escucha de una conversación telefónica entre Massa y el senador pampeano Carlos Verna. En esa charla, éste le habría pasado su celular a Carlos Reutemann, que así acordó con el tigrense la reunión del sábado pasado con la Mesa de Enlace en San Nicolás.

Según fuentes de Casa de Gobierno, estas revelaciones habrían desatado la furia presidencial y se habrían escuchado, una vez más, expresiones como “estoy rodeada de traidores”. En este clima habría prosperado la idea de poner en caja a los opositores, entre los cuales se suele incluir al gobernador Daniel Scioli.

Las tres agresiones a la caravana de Massa en La Matanza fueron el resultado de esta secuencia. Las mismas fueron planificadas, ya que hubo una al iniciarse la caravana, otra en la mitad del trayecto y la del final, que impidió que la marcha siguiera por 20 cuadras más. Luego de estos episodios, el intendente Espinoza le pidió disculpas a Massa y prometió descubrir a los responsables de la violencia. El episodio, que los indicios señalan que puede no ser el último, demuestra el grado de desesperación en el que está cayendo el gobierno ante su impotencia para revertir la tendencia de la intención de voto. Como es obvio, Massa se ve así favorecido una vez más por la torpeza del oficialismo. Lo que no quita que la misma pueda volverse muy peligrosa.

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