miércoles, 16 de octubre de 2013

Con CFK ausente, los rumores no dan tregua: hablan de historia clínica "inventada" y Scioli interino



Miércoles 16 de Octubre de 2013  





La usina de rumores no descansa, como es esperable en cualquier caso de afección presidencial. Y más tratándose de un gobierno de estas características, tan afecto al secretismo. Desde que Cristina Kirchner fue diagnosticada con una “colección subdural crónica” y posteriormente operada en la Fundación Favaloro, las versiones no han parado de cruzarse y generar alerta en los mentideros políticos. Los oscilantes pasos del vicepresidente Amado Boudou no contribuyeron a la tranquilidad. La sensación en el calor de Balcarce 50 es de crisis.

Como siempre, los buitres rayanos con el rechazo del sistema democrático están de parabienes. Y echan a rodar todo tipo de rumores. Se entusiasman, hacen cálculos, operan en los medios. Cada uno sacará sus conclusiones mientras la Presidenta no regrese a sus funciones.

Una de esas especies hace hincapié en una mala nueva que la mandataria habría recibido antes del fatídico sábado en que debió asistir al instituto médico. Dicen esos gurúes que, el jueves anterior, a Cristina le habrían acercado a Olivos una serie de encuestas que le daban a Sergio Massa una holgada victoria de 45 puntos contra apenas un 29 por ciento de su candidato Martín Insaurralde. O sea que, entre las PASO y las generales, el postulante del FpV no logró subir un punto.

El caso es que la extrema tensión a la que la Presidenta quedó sometida después de la derrota del 11 de agosto habría acentuado los trastornos que padece por el síndrome de pick, llamado también “demencia fronto-temporal”, que provoca histrionismo y desinhibición.

Son síntomas que coexistirían con el trastorno bipolar que reflejaron diversos medios opositores, con la revista Noticias a la cabeza. La cefalea que la jefa del Estado tuvo durante esos días la obligó a hacerse los estudios que finalmente arrojaron el diagnóstico de “colección subdural crónica” por un golpe producido en la cabeza el 12 de agosto, casualmente un día después de las PASO.

Pero fuentes médicas deslizaron que, en realidad, le habrían “inventando” una historia clínica para que Cristina no apareciera en público hasta el 5 de noviembre, cuando haya pasado el impacto de la segura derrota del gobierno el 27 de octubre. Se sabía que la apuesta era “descritinizar” la campaña, aunque estas versiones suenan a demasiado.

Pero eso no es todo, porque algunas fuentes deslizan que esa “historia clínica” fabricada ad hoc podría ser el “primer paso” de su abandono del poder, aunque en este caso sin apelar al simbolismo de huir en helicóptero como Fernando de la Rúa. Podría presentarse como una “decisión política extrema” ante la imposibilidad de continuar ejerciendo el gobierno.

Coincidentemente, y ya para el paroxismo, se conoció otra versión que señalaba que la Presidenta se mudaría a Ecuador, donde el presidente Rafael Correa mantiene una gran popularidad. Estaría descartada, en cambio, Venezuela: muerto Hugo Chávez, las relaciones de CFK con el presidente Nicolás Maduro son redondamente malas.

Es más, trascendió en círculos antikirchneristas que la amenaza de retirarse a Ecuador ya habría sido hecha por la Presidenta a varios de sus allegados, incluso aclarando que “no le importaría que le confiscaran sus bienes en el país”. De hecho, para prevenir un bloqueo de sus cuentas en el exterior, el círculo presidencial contaría con sus reservas en euros, las mismas que se popularizaron con las denuncias del caso Lázaro Báez.

Antes de la operación, algunos malintencionados repartieron la versión de que, con su ánimo en el peor momento, Cristina habría asegurado a sus íntimos que jamás se rebajaría a “negociar impunidad” con Sergio Massa o Daniel Scioli, que “ya dio todo lo que tenía que dar” y que descreía de cualquier defensa a ultranza de su gobierno. Si se observan sus últimos discursos, esa es la sensación. De despedida.

“Cristina no soporta la idea de tener que afrontar la derrota que la acecha el 27 de octubre y encontró, para empezar, la escapatoria de una licencia por un mes”, desafían esos sectores, aunque con pedido de reserva de identidad.

De lo que no hay dudas, en ese marco, es de que ni Amado Boudou ni la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich, podrían estar a cargo del Poder Ejecutivo por mucho tiempo. Distinto es el caso de quien sigue en el orden sucesorio, Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados, mimado presidencial y hombre fuerte del peronismo bonaerense.

Como ya señaló NOVA, Domínguez podría ser confirmado por la Asamblea Legislativa que debería elegir un presidente interino hasta el 2015, si es que se llegara a la instancia de renuncia de CFK. En ese caso, Scioli contaría con buenas chances, aunque su aspiración es ser electo por el voto popular. Y en el 2015.

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