lunes, 28 de octubre de 2013

Desunión del Centro Democrático





Martes 29 de Octubre de 2013



Por Nicolás Márquez

Los socialistas santafecinos podrán padecer no pocos errores ideológicos, pero seguro son los menos revolucionarios de todos los socialismos posibles. ¿Hay acaso algún radical contemporáneo más moderado que el ex liceísta Julio Cobos? José De la Sota desde hace tiempo se viene presentando como una versión “ortodoxa” del peronismo en oposición al montonerismo real o paródico que representa el kirchnerismo. Mauricio Macri, una vez más (es la tercera vez que lo hace sin mantener la promesa) lanzó su candidatura presidencial en el marco de un evento adolescente más parecido al antiguo ciclo televisivo titulado “Jugate Conmigo” (conducido por Cris Morena y un tropel de papanatas) que al de un partido serio o en serio y, finalmente, la gran estrella de la jornada, el tigrense Sergio Massa, brindó un discurso triunfal pidiendo mano dura contra los delincuentes, proponiendo derogar el Código de Procedimientos Penal y quejándose del actual Estado paternalista que nos atosiga con impuestos de todo pelaje.

En suma, a su manera, todos y cada uno de los grandes triunfadores del pasado domingo 28 de octubre son dirigentes que políticamente están mucho más al “centro” de lo que está el decadente populismo izquierdista que nos atosiga desde el gobierno nacional desde el año 2003 a la fecha.

Los distintos referentes de este centrismo difuso e impreciso al que hemos aludido (que además pertenecen todos a partidos distintos y disputan poder entre sí), se encuentra a años luz de lo que desde estas líneas podemos pretender como el ideal de un gobierno: esto es, una gestión que defienda irrestrictamente la propiedad privada, la libre iniciativa, el orden natural y el Estado de derecho republicano. Es decir, tenemos una oposición que desafortunadamente se encuentra a un abismo del canon de lo que podría ser una plataforma de tinte conservadora o de derecha.

Sin embargo, si bien lamentamos no tener a la vista ninguna propuesta que nos identifique plenamente, va de suyo que celebramos el masivo corrimiento hacia el centro que han hecho todos los partidos políticos y sus respectivos electores, quienes de manera masiva y contundente sepultaron los planes reeleccionistas de la camarilla de bolcheviques y mafiosos que detentan el poder del Estado de manera continuada desde hace una fatídica década.

¿Qué si los candidatos triunfantes representan el “gatopardismo? No lo podemos afirmar ni denegar, y este enigma lo develará el paso del tiempo. Por lo pronto, quizás debamos brindarles un moderado crédito y moderadas felicitaciones a quienes acaban de ganar en sus respectivas regiones o distritos, así como también alegrarnos no tanto por la entidad de quienes triunfaron sino por la entidad de quienes perdieron.

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