viernes, 25 de octubre de 2013

¿Y DONDE ESTA EL PILOTO?


Por el Dr. Jorge R. Enríquez











El ministro de Interior y Transporte – curiosa combinación debida a la insólita asignación de funciones en el kirchnerismo -, Florencio Randazzo, anunció la estatización del Ferrocarril Sarmiento. No es una gran noticia, porque de hecho esa línea ferroviaria operaba como si fuera estatal, de manera que los sufridos usuarios no deben esperar grandes cambios.

Lo más llamativo no fue el anuncio, sino unas declaraciones posteriores del ministro. Consultado acerca de si Cristina Kirchner conocía esa medida, dijo que no. Y cuando se le preguntó si Amado Boudou había adoptado esa decisión, también respondió negativamente y se atribuyó toda la responsabilidad.

Lo cierto es que la determinación fue canalizada a través de un decreto que firma Boudou, como vicepresidente en ejercicio de la presidencia. El hecho nos lleva a reflexionar acerca de quién se desempeña en estos momentos como titular del Poder Ejecutivo. Si en este caso la decisión la tomó Randazzo, sin conocimiento de la señora de Kirchner, y Boudou se limitó a firmar un texto en el que no tuvo arte ni parte, ¿quién  manda?

No es una pregunta baladí. En la teoría política, es uno de los temas fundamentales. Y no se trata de caer en excesivos rigorismos formales. Una enfermedad menor, una intervención quirúrgica menor, pueden obligar a que el vicepresidente asuma sólo protocolarmente la presidencia, lo mismo que lo hace cuando la primera mandataria viaja al exterior. En esos casos, es claro que ella sigue con la mano en el timón, aunque esté en reposo o a miles de kilómetros.

Pero hoy la situación es otra. Se nos dice, por vía de altos funcionarios del gabinete nacional, que la señora de Kirchner está completamente alejada de las cuestiones de gobierno, sobre las que ni siquiera es informada. Al mismo tiempo, se nos dice, también por boca de ministros y del Jefe de Gabinete, que Amado Boudou no ejerce efectivamente la presidencia. Como ciudadanos, tenemos entonces el derecho de preguntar quién lo hace.

Algunos periodistas señalan que en las decisiones políticas fundamentales juegan un rol protagónico el Secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el hijo de la presidente, Máximo Kirchner. Si es así, estamos viviendo un episodio absolutamente irregular. Poco importa la escasa simpatía social (que compartimos) que despierta la figura del vicepresidente. Es él quien, conforme a la Constitución, tiene hoy la atribución de desempeñar el Poder Ejecutivo, que es en nuestro sistema –vale recordarlo- unipersonal.

La prolongación de este extraño esquema de gobierno no puede conducir más que al surgimiento de una crisis política, justo en un momento en el que las tensiones de la economía recrudecen.  Lo peor que podría ocurrir en ese contexto es que se profundizara la sensación de que estamos sobre un barco a la deriva. El oficialismo tiene el deber de procurar que, aún equivocado en casi todo, haya un gobierno.

Viernes 25 de octubre de 2013.-
 Dr. Jorge R. Enríquez

La presente nota del Dr. Jorge R. Enríquez es publicada en La Misère Porc, por gentileza de su autor.

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