lunes, 18 de noviembre de 2013

Asciende Axel Kicillof, controlado por Jorge Capitanich







Por  | LA NACION

 
Ni siquiera el discreto Daniel Scioli creía que era posible seguir luego de los comicios sin cambios en el equipo de gobierno. Y en primer lugar apuntaba al área económica.

La presencia de Jorge Capitanich como jefe de Gabinete apunta también el foco en la economía, que es uno de los fuertes del actual gobernador. Tal vez el nuevo ministro Axel Kicillof no esté exento de controles y no reporte sólo a la Presidenta, como hasta ahora.

Como en Conversación en la Catedral , de Mario Vargas Llosa, el formalmente segundo, que era en los hechos el que mandaba, ha quedado ahora a cargo.


¿Le tocará a Kicillof poner la cara por todo? Pareciera que sí y que lo que viene es la "profundización" del modelo

Si el ascenso de Kicillof implica pensar que habrá tipos de cambio múltiples, controles de rentabilidad, aumento de los pedidos de informes y de planillas a las empresas, la caída de Mercedes Marcó del Pont muestra que decir que hay inflación es, en el gobierno de Cristina Kirchner, simplemente suicida.

Que el "fugitivo vocacional" Lorenzino no logre escapar del todo muestra que los "papagayos", según la definición del ahora ministro, no han perdido del todo la partida. Parece haber quedado a cargo de lo que quiere controlar por su intermedio el vicepresidente Amado Boudou. Los arreglos con acreedores y las cuentas financieras con diversos acreedores y prestamistas.

Las ideas de incorporar figuras de prestigio, como Mario Blejer y el un tanto desactualizado Aldo Ferrer, una vez más no fueron más que eso, ideas.

Pareciera que Cristina Kirchner, más distante, no hará los anuncios económicos, queriendo mostrar que ella sabe, como ha hecho en el pasado. ¿Le tocará a Kicillof poner la cara por todo? Pareciera que sí y que lo que viene es la "profundización" del modelo. Hasta qué punto podrá solo el que hasta ahora era el ministro en las sombras, está por verse.

Capitanich sabe de economía y la Constitución reformada en 1994 hace que el jefe de Gabinete sea jefe de todos los ministros, pero sobre todo del titular del Palacio de Hacienda.

Así lo quisieron Carlos Menem y Raúl Alfonsín, que aspiraban a ponerle un freno a Cavallo. Juan Manuel Abal Medina jamás se atrevió a usar el poder que sólo en la letra constitucional tuvo.


Capitanich sabe de economía y la Constitución reformada en 1994 hace que el jefe de Gabinete sea jefe de todos los ministros, pero sobre todo del titular del Palacio de Hacienda

Capitanich tiene votos y tiene buena relación con los gobernadores. ¿Será el encargado de filtrar las radicales ideas de Kicillof? Parece probable.

Habrá que ver qué pasa con Guillermo Moreno y su lugarteniente, "Pimpi" Colombo, cuyas recetas para enfrentar los problemas económicos son, literalmente, recetas de cocina, de pan casero y de salsa blanca.

Juan Carlos Fábrega está al borde de la jubilación y hasta ahora se negó a convalidar las locuras de Moreno, como cuando quería que el Banco Nación comprara los Baade a los empresarios que trajeran por esa vía dólares del exterior a un valor en pesos que igualaba al del dólar blue . No parece que se haya vuelto más permeable que antes a las embestidas de Moreno, que a Marcó del Pont le costaron discusiones a los gritos y hasta algún pico de presión arterial.

Si hay algo de Conversación en la Catedral en la historia de Kicillof, sería bueno para el país que no terminara como ministro tan mal como el personaje al que se parece en la novela.

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