miércoles, 27 de noviembre de 2013

El FMI presiona con éxito pero la fuga de reservas sigue firme





noviembre 27, 2013


 
 
 
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Hace más de un mes, el gobierno decidió pagar cinco juicios perdidos ante el CIADI con bonos de la deuda externa y autorizó las negociaciones del Fondo Gramercy, que había comprado esos juicios, a negociar con los holdouts encabezados por Paul Singer. Éste tiene un juicio ganado por 1330 millones de dólares, al que sólo le falta que la Corte Suprema de los EE.UU. rechace la apelación argentina para que la sentencia se ejecute.

Esas negociaciones hasta ahora no avanzaron mucho porque la suma que ofrecen los bonistas que entraron al canje renunciando a parte de sus intereses no conforma a Paul Singer, que quiere mucho más y negociar directamente con el gobierno argentino, que se niega a hacerlo desde que renegoció la deuda externa en 2005, pasando a calificarlos de fondos buitres. Pero ahora sí hay terceros negociando y no sería extraño que, si se dicta la sentencia de la Corte de EE.UU., el gobierno baje la soberbia y negocie directamente con Singer, el malvado dueño del fondo Elliot.

Desandando

 

En este sendero, el cristinismo volvió sobre sus pasos y después de decir que no le pagará un sólo dólar a Repsol por la confiscación de la petrolera, ahora le pagaría 5 ó 6.000 millones dólares, una parte en activos líquidos y otra en bonos para que Repsol invierta en otros países. Así, el gobierno y el flamante ministro de economía se desdicen y dejan de lado la soberbia que los caracteriza para firmar la negociación. En tanto la presidente, totalmente recuperada de la intervención en el cráneo y de la arritmia, se viene tomando unas largas vacaciones y deja que Jorge Capitanich y Axel Kicillof hagan el trabajo sucio que ella dijo que su gobierno nunca haría.

 Todo un verdadero acto de esquizofrenia política, pero la negociación con Repsol inducida por Pelmec, la petrolera mexicana, no es el último trabajo sucio que le queda al gobierno, que debe tragarse varios sapos más, que nunca pensó tragarse. Y así, falta que el Fondo Monetario le apruebe el nuevo INDEC de precios pero, como siempre, le corre el arco a un gobierno que no quiere aceptar las reglas económicas del mundo financiero. Es así que ya se habla de una negociación con el Club de París y, si el arreglo con éste y los holdouts será con bonos de la deuda externa, ahí habría emisión de bonos de la deuda por más de 20.000 millones de dólares. 

A esa suma hay que agregarle el dato de que el cristinismo está por salir a los mercados internacionales de crédito para financiarse para pagar gastos corrientes. El país ingresa así en un nuevo proceso de desendeudamiento que durante tantos años denigró, criticando duramente a todos los gobiernos anteriores que lo hicieron. Pero pese a todos estos pasos para terminar con el aislamiento del mundo financiero, ayer el BCRA se tuvo que desprender de otros 125 millones de dólares y el drenaje diario sigue sin parar.

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