sábado, 23 de noviembre de 2013

“Los Sospechosos de Siempre”




24 noviembre, 2013  




- Por Gabriela Pousa -


“El mejor modo de conocer un país es averiguar cómo se trabaja en él, cómo se ama y cómo se muere. En nuestro país todo eso se hace igual, con el mismo aire ausente. Es decir, que se aburre uno y se dedica a adquirir hábitos. Los deseos de la gente joven son violentos y breves, mientras que los mayores trabajan para enriquecerse. Pero hay países donde la gente tiene la sospecha de que existe otra cosa. Aquí todo se hace sin darse cuenta, hasta morir es una dificultad. Nunca es agradable estar enfermo pero hay países que nos sostienen en la enfermedad, uno puede confiarse. Pero aquí la importancia está en hacer negocios”  Extraído del libro La Pestede Albert Camus

Como si un instante pudiera sintetizar una eternidad, como si una crónica periodística pudiese alterar la realidad, así se vive en la Argentina a finales de 2013. Con dificultades que exceden la lógica y se adentran en un abismo de marginalidad. Todo está presto para el negociado espurio, nada está dado para el trabajo honesto. Se ha impuesto la cultura del menor esfuerzo con siniestra majestuosidad.

Es por eso que un cambio insustancial de ministros despierta voces esperanzadas en la nada, y un fin de semana largo es vendido como reflejo de una década ganada… Sólo la débil memoria de los argentinos puede permitir eso. Si acaso el recuerdo de aquel fatídico 2001 sirviera para que la experiencia torciera el destino sería propicio insistir con estas crónicas…



Pero después de publicadas las mismas, también se modificó la escenografía y paradójicamente o no, asumió un tal Jorge Milton Capitanich la jefatura de ministros. 
Ningún homónimo, exactamente el mismo que respaldó la gestión de Sandra Mendoza al frente del ministerio de Salud del Chaco cuando las muertes por dengue crecieron exponencialmente. 

 Capitanich sí, aquel que llevó a sus hijas adolescentes de veraneo a Panamá en el avión de la gobernación aduciendo que aprovechó para hacer un control técnico que jamás se realizó. Es ese Capitanich que algunos creen ahora que salvará al país… 



Pero Argentina es mucho más que un teatro de mediocres actores recitando guiones plagiados al pasado. La vuelta de la Presidente apenas modificó la escenografía. Un par o dos de pinceladas sobre paredes raídas no alcanza, aunque enseguida se escuchen voces de algarabía sostenidas en espejitos de colores y aplausos de cotillón.

Posiblemente la crisis de hoy sea distinta a la de aquel entonces, otro contexto, otras causas pero la comandan los mismos que nunca solucionaron un ápice y que en muchos ocasiones empeoraron la situación. ¿En qué sustentar pues las esperanzas?

Las proyecciones con base en datos fácticos, en evidencias empíricas y en cuentas sin dibujos acrobáticos muestran un país en caída libre. Posiblemente los tiempos no puedan determinarse como antes ya que es dable reconocer que, en los últimos años, ha habido un porcentaje de argentinos que han ganado más dinero de lo esperado. Pero es el país de los contrastes donde también ha habido un porcentaje similar de ciudadanos que deberían ser  contemplados de igual modo, máxime en el contexto de las políticas igualitarias que tanto vocifera el kirchnerismo, que han tenido que mudar sus naderías a las villas.

La ONG Techo pudo comprobar durante un trabajo de campo realizado en sólo siete provincias, la existencia de 1.834 asentamientos, donde malviven más de dos millones y medio de personas. Y Chaco no es excepción a ello, al contrario. El pleno empleo que se lee en ciertas estadísticas tiene la certeza de los índices de inflación que dejara Guillermo Moreno como fotografía de la desidia.

En ese contexto, proyectarse a la presidencia por el simple hecho de haber sido designado jefe de un gabinete escindido no tiene mucho sentido, como tampoco lo tiene vislumbrar cambios en un gatopardismo comprobado hasta el hartazgo.

El circo no se renueva. Moreno no se fue por sus fracasos sino por los fracasos del matrimonio Kirchner. En poco tiempo se comprenderá que el ex Secretario de Comercio no fue sino un soldado, el más brutal quizás pero un soldado, ni siquiera un general con tropa propia a su mando. Y las extorsiones tuvieron su razón de ser en empresarios que se dejaron extorsionar vaya a saber por qué…

Temer ahora al comunismo que dice representar Axel Kicillof es igual de absurdo y grotesco porque el nuevo ministro no hará sino implementar los caprichos que le indiquen desde Olivos. El problema no es Marx, ni Keynes, ni Chávez, el problema es el kirchnerismo con su modelo nacional y popular impuesto por Nestor Kirchner primero, y profundizado por Cristina luego. 

Ese modelo que persigue la pobreza del pueblo en detrimento de la riqueza del poder, el modelo que multiplica simultáneamente habitantes en la Villa 1-11-14 y en Puerto Madero a la vez. No hacen la revolución del Che sino la revolución de guante blanco donde aparece como redentor el mismo personaje que dirigió el gabinete de Duhalde cuando se produjo la mayor devaluación. Así estamos…

En ese ámbito, aumenta la brecha que hay entre la sociedad y el ‘comando presidencial’. Cristina actúa coyunturas. Cristina se saca fotografías. Así concibe la historia de la Argentina como un álbum de imágenes sueltas que no cuentan una trama verdadera. Aquella instantánea donde pudo vérsela embarrada en Tartagal, Salta puede volver a sacarse hoy día porque nada ha variado en esa geografía. Cada foto es una asignatura pendiente que se suma a otras tantas. Para la jefe de Estado todo empieza y termina cuando se abre el obturador de la cámara. Mientras, la gente vive la película sin pausa, sin intervalo siquiera…

La reciente aparición de la Presidente dando un discurso en un balcón interno es un símbolo perfecto de su proyección. Afuera hay un mundo que no mira. Afuera está la gente sin militancia, la que muy posiblemente se vaya una semana a la costa atlántica pero sólo porque sabe que los pesos después no le servirán para nada.

No se trata de bonanzas sino de desesperanzas, de dar por perdida la ilusión de un cambio que permita proyectar una vida y no apenas una estadía. Pequeñas grandes diferencias que la mandataria no está dispuesta a ver ni mucho menos a asumirlas…

 Gabriela Pousa


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