por Horacio Velmont
CLARÍN
POLICIALES
Procesaron a Mangeri por los delitos de femicidio y abuso sexual
22/11/13
Lo resolvió el juez de la causa. Según la imputación, el portero golpeó y asfixió a la adolescente para luego violarla. También confirmó el hallazgo de ADN del portero en tres dedos de la chica y también en una soga.
http://www.clarin.com/policiales/Mangeri-comprometido-asfixiar-Angeles-violarla_0_1034297067.html
Como hay que ser respetuoso de la ley y no se puede acusar a nadie porque es la Justicia la que debe determinar si alguien se culpable o no, sobre un crimen tan repudiable como el de Ángeles Rawson, a estas alturas del juicio, en los que aún no hay sentencia contra ninguno, solo se puede especular, por más que uno crea tener la certeza de lo sucedido.
Una de las posibilidades de cualquier asesinato es que se haya tratado
de un crimen por encargo. Para abordarlo voy a ponerme en la piel del autor
intelectual.
Supongamos que yo soy un alto funcionario público con altas aspiraciones
políticas que me enredé con una adolescente a la que seduje con promesas que
sabía que no podría cumplir.
La adolescente me presiona para que las cumpla y me amenaza con dar a
conocer la relación. Eso sería para mí el acábose de mis aspiraciones
políticas, de mi matrimonio y además sería escarnecido públicamente. La
situación me ha puesto al borde del abismo y, como es lógico, estoy
desesperado. No veo otra salida que deshacerme de ella definitivamente.
Entonces, como tengo gente que a cambio de prebendas cumple cualquier
cosa que necesite, le pido a Pepe, que es de mi confianza, que se “encargue” de
ella. La solución que encuentra Pepe es simple: hacerla desaparecer de modo que
no queden rastros, y todo se tomará como que fue un secuestro para trata de
blancas. ¿Cuántas jovencitas desaparecen hoy en día sin que jamás se sepa lo
que les sucedió?
Para ello nada mejor que después de ultimarla tirar su cuerpo a la
basura para que las trituradoras o los altos hornos hagan su trabajo. Pero algo
sale mal, y por esos azares del destino el cuerpo aparece.
Entonces todo cambia. Desesperado envío a la policía para que lo apriete
a Pepe a fin de que asuma el crimen él solo y calle sobre quien se lo encargó.
Hago que lo amenacen con matar a su esposa.
Pepe, abrumado por la aparición del cadáver y por las amenazas, cae en
un estado depresivo al saber que todo acabó. Por lo menos así lo cree él en ese
momento. Cuando se presenta al juzgado para declarar como testigo
sorprende con una declaración en la que se autoincrimina y dice que es el único
responsable y, para apartar a la esposa de cualquier sospecha, declara que ella
no tuvo nada que ver. Más tarde, su abogado defensor lo recriminará por haberse
incriminado.
Como para reforzar la idea de que hay un solo asesino –es decir, Pepe–,
y que no se trata de un crimen por encargo, mando a un amigo, que es un alto
funcionario, a hacerle saber al juzgado que Pepe es el único culpable del
crimen y que todo tiene que centrarse en él.
En el juzgado, como es obvio, saben que no se puede acusar a nadie de
ser el autor intelectual, porque la existencia de un autor intelectual en la
mayoría de los casos es imposible de probar. La posibilidad de un crimen por
encargo, por lo tanto, no se tiene en cuenta y se omite ponerla siquiera como
posibilidad.
Consideran, con razón, que a veces es mejor no revolver el avispero de
las altas esferas porque nunca se sabe lo que aparecerá. Y cada uno cuida su
jardincito porque todos tienen que pagar la hipoteca, como se dice vulgarmente.
Si alguien acusa a una persona de ser el autor intelectual tiene que
tener pruebas contundentes, de lo contrario puede ser acusado de injurias;
además, por supuesto, de que podría acarrearse una millonaria demanda civil por
indemnización. Inclusive con pruebas, las dudas se resuelven a favor del acusado.
¿Para qué meterse en camisa de once varias, entonces?
Si se condena a Pepe por el crimen, la sociedad, que está conmocionada
por este asunto, se apaciguará y todo terminaría en el olvido.
Quedando solo Pepe como el único asesino, ¿por qué motivo Pepe atacaría
a esa adolescente? Todo crimen debe tener necesariamente un motivo y lo único
que queda es un ataque sexual y por lo tanto la mató para cubrirlo.
Cuando Pepe es acusado de este delito se defiende gritando que él jamás
atacaría a una niña sexualmente. Y dice la verdad. Pero después de todo, ¿a
quién le importa si al fin y al cabo es el asesino, ya que todas las pruebas lo
incriminan?
La ironía del destino es que Pepe no puede decir que fue un crimen por
encargo, no solo por las amenazas recibidas y porque no podría probarlo, sino
porque su condena se agravaría. Tiene que callarse la boca y continuar gritando
su inocencia. No le queda otra.
En conclusión, todo ha sido una perfecta trampa del destino que me ha
favorecido, y por lo tanto, a mi, como autor intelectual, nunca me buscarán, y
si algunos sospecharan de yo la mandé matar, sean jueces, fiscales, peritos o
abogados, ellos guardarán silencio porque no tienen pruebas suficientes omo
para acusarme.
Y ésta es mi humilde especulación sobre el crimen de Ángeles Rawson. Si
alguien tiene una mejor, me gustaría saberlo.
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
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