lunes, 30 de diciembre de 2013

CFK reduciría parcialmente los aumentos a las policías provinciales apoyándose en Milani, Gendarmería y Prefectura





diciembre 30, 2013
 
 
 
 
 
 
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 La presidente piensa reaparecer después del 10 de enero con una jugada de alto riesgo, como es retrotraer en parte los aumentos salariales concedidos a las policías provinciales, por considerar que se hicieron bajo extorsión, es decir, amenaza de provocar saqueos por omisión de seguridad. Esto, a diferencia de las fuerzas de seguridad nacionales, a las cuales se les aumentó un 40% como un reconocimiento a su lealtad, aunque ya hay informaciones acerca de que se trata de más aumentos en los suplementos, o sea dejando afuera a los haberes de retiro. 

El motivo por el cual CFK se arriesgaría a una nueva y difícil batalla contra las policías locales sería limitar los crecientes pedidos de maestros y demás empleados públicos, que en el caso de los docentes de Buenos Aires exigen 6.400 pesos de mínimo por 4 horas de trabajo. En El Calafate piensan que si se reduce algo de lo conseguido por las policías provinciales se podría morigerar el pedido de 2 millones de empleados públicos provinciales contra 300.000 policías provinciales.

Además de un rédito económico, se intentaría así ganar margen político para Jorge Capitanich, el jefe de gabinete que quiere recuperar volumen para su gestión sin consultarlo a Carlos Zannini. Esta postura la habría acordado el viernes pasado con los gobernadores para efectuar una acción conjunta y coordinada sin la presencia del Secretario Legal y Técnico.

Apuesta decisiva

 

En apoyo de la jugada existiría la decisión de movilizar a la Gendarmería y la Prefectura y también los 1200 agentes de la SI (ex SIDE) diseminados por todo el territorio y que aportarían información a las fuerzas de seguridad nacionales. Y por último, está la estructura de inteligencia militar que conduce el ahora teniente general César Milani, que en esto cuenta con todo el respaldo de Agustín Rossi. Capitanich ya logró el apoyo de la presidente y piensa utilizar esta “bala de plata” dentro de pocos días, porque sabe que está muy desgastado ante la opinión pública y ante la misma jefa de Estado. 

La jugada es muy arriesgada desde el punto de vista político, porque las policías provinciales se podrían acuartelar invocando que se desconocen sus derechos adquiridos y también resistirían desde el punto de vista legal. Si ocurre la primera alternativa es posible que el país ingrese en una etapa de violencia social difícil de controlar. Se sabe que el teniente general Milani planteó el “profesionalismo integrado” al personal de inteligencia pero también reunió a los generales en actividad, quienes le dieron el apoyo, porque entienden que ganarán espacio político.

 Es más, en la reunión con los agentes (PCI) Milani volvió a reivindicar el papel de “partero de la historia” del ejército argentino. El cristinismo ahora está pendiente de la resolución de la crisis energética y recién después podrá analizar esta movida para evitar un desmadre de las cuentas públicas en el que le va la vida. Y más teniendo en cuenta cuando parecía que la devaluación muy fuerte del dólar oficial reduciría la brecha con el dólar blue por lo menos hasta mitad de enero.

 El viernes pasado éste volvió a descontrolarse al cerrar a $ 10,03 y la inflación de diciembre pinta para el 4% mensual. De ahí que se espere que la semana que comienza el 6 de enero Capitanich y Kicillof anuncien las famosas 200 metas, el congelamiento de precios y el mencionado recorte de los aumentos de los salarios policiales logrados en las últimas huelgas.

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