22/12/2013| 22:19
por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
El silencio de Cristina, el radiograma de Milani y los 3 jinetes del ApoKalipsis
Alivio en la Administración Cristina: "No pasó nada
el jueves 19 ni el viernes 20. Los cortes de luz menguaron y mucha gente
ya se fue de vacaciones. Zafamos". Para quien vive en un día-a-día
constante, el enfoque puede resultar correcto. Sin embargo, para quienes
afirman tener la capacidad de interpretar los acontecimientos de una
década, la situación es, apenas, un descanso en la caída. Cristina ya
fue: conclusión N°1 de 2013. Lo que el Frente para la Victoria está
intentando, en forma desesperada, es que ella concluya su mandato en
2015, no en forma anticipada. Y que la situación judicial de todos no
resulte tan complicada como algunos avizoran. Sí, desde ese punto de
vista, por ahora zafaron. Pero para los tiempos que vienen, es muy poco.
No alcanza. Son conclusiones que surgen del editorial de Claudio
Chiaruttini en su programa por radio AM El Mundo:
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). El Gobierno de Cristina Fernández retomó su senda decadentista, luego del fallido intento de resurrección que armó el entorno presidencial con el ingreso de Jorge Milton Capitanich como Jefe de Gabinete de Ministros, y la necesaria –e inútilmente postergada- oxigenación del Gabinete Nacional, aprovechando el Efecto Empatía que despertó en la opinión publica el más reciente problema de salud de la Presidente de la Nación.
Muchos fueron quienes pensaron que el milagro de la resurrección era posible. Dentro del kirchnerismo volvieron las especulaciones de un nuevo mandato y el lema "Cristina, Eterna", se volvió a escuchar en los pasillos del poder. En el peronismo, muchos de los que se aprestaban para “saltar” hacia el massismo o el sciolismo hicieron un alto de emergencia. En la oposición, el miedo caló hondo en los presidenciables y sus entornos. Si
hasta el encuestador estrella del oficialismo, Artemio López, publicó
una nota explicando que la Presidente de la Nación estaba a sólo 7
puntos de ganar la elección del 2015 en 1ra. vuelta.
El cálculo del sociólogo kirchnerista fue el siguiente: la
atomización de la oposición, la incapacidad de sus candidatos de crear
un proyecto alternativo a Cristina Fernández, basar sus acciones
políticas a denuncias que no llegan a nada y la ausencia manifiesta de
inteligencia para infligir daño político a la Presidente de la Nación.
Sin embargo, implacables, los mayores enemigos del
oficialismo han desenmascarado la maniobra del entorno presidencial y
desnudaron la debilidad creciente del equipo de gobierno de Cristina
Fernández para solucionar los problemas que se agolpan. Que ahora lo
explique Artemio. En especial quieren escucharlo quienes lo acusan de
hacer conclusiones 'a dedo'.
¿Cuáles son los 3 “Jinetes del Apocalipsis” del Kirchnerismo?
> Los efectos de las malas políticas adoptadas en los últimos 10 años,
> la repetición de los mismos problemas, que no
encuentran solución, y de las mismas fórmulas para intentar
solucionarlos, sin resultados; y, por fin,
> el cepo ideológico al que se encuentran sometidos los
funcionarios, por voluntad propia o por orden de la Presidente de la
Nación.
En 3 semanas, Cristina Fernández tuvo que enfrentar la mayor huelga
de fuerzas de seguridad de la historia argentina, una de las tres
mayores olas de saqueos desde que llegó a estas pampas Juan de Garay, la
fuga de casi US$2.000 millones, denuncias de corrupción que golpean
cada vez más cerca de la Presidente de la Nación y el desmantelamiento
de la maniobra de marketing político que lanzó el kirchnerismo en dos
años.
Las conferencias de prensa diarias del Jefe de Gabinete ya comienzan a tener un alto costo político para el licenciado gobernador de Chaco.
Sus enormes equivocaciones o signos de desinformacón, los repetidos
enojos que tiene con uno u otro periodista o medio, la falta de anuncios
relevantes y los “tirones de oreja” que ha recibido desde la Quinta de Olivos llevaron al equipo de comunicaciones del funcionario a recomendar ir distanciando los encuentros con la prensa.
La intención inicial de Jorge Milton Capitanich era de imponer,
cotidianamente, la agenda de temas a los medios, desplazando aquellos
temas urticantes para la Casa Rosada que podían traer la tapa de los
diarios o los programas de televisión de la noche anterior, e imponer
una temática que defendiera el “relato” y mostrara a un Gobierno que “trabaja por la gente”.
Sin duda, la estrategia oficial sirvió a las necesidades
coyunturales de Cristina (o sea 2 o 3 días) y a la estrategia de lograr
un mayor conocimiento propio en la opinión pública nacional que tenía
Jorge Milton Capitanich, pero desde que fue desautorizado por
Sergio Berni y Carlos Zannini, al comienzo de la crisis policial en
Córdoba, y luego por Julio De Vido, durante los apagones de energía
eléctrica, su capital político inició una declinación constante.
A propósito, algo acerca del mentiroso Julio De Vido: Tener el
sistema eléctrico pendiendo de un hilo es un despropósito luego de 10
años de gestión, 100.000 advertencias de expertos privados nacionales y
extranjeros, cientos de miles de millones de pesos de subsidios, varias
decenas de miles de millones de dólares de importación de energía y una
catarata inmensa de anuncios que se repitieron una y otra vez.
Capitanich no tendría que hacerse cargo de las mentiras del arquitecto
preferido de Néstor, aunque no por arquitecto.
Así como Guillermo Moreno mostró su incapacidad para frenar
el aumento de precios, Julio de Vido confirmó que no puede planificar
una política pública ni para dentro de 3 meses. Y eso es lo que más exhibe más la debilidad de Cristina Fernández: ella
prefiere pagar el costo político en forma personal antes de expulsar a
un funcionario que, aunque antiguo y fiel, no encontró la solución a la
crisis energética en 10 años.
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