miércoles, 29 de enero de 2014

LA PARANOIA K







29/01/14 - 17:01hs



Lejos de hacerse cargo de sus responsabilidades por la inflación y la crisis, el gobierno ayer habló de “ataques especulativos”

Cuando ya no hay más excusas, comienzan los disparates. Esto es lo que le está pasando al gobierno nacional que, en lugar de asumir su responsabilidad y buscar alternativas para poner un freno a la crisis, opta por echarle la culpa a otros sectores.


Así fue como el pasado lunes, la propia presidenta Cristina Fernández responsabilizó a los bancos (los que paradójicamente son los que más ganaron durante su gobierno, ver página 4), y ayer fue el jefe de Gabinete, Jorge “El Bocón” Capitanich el que salió a completar el dislate, quien responsabilizó a los medios por la crisis cambiaria.


Los mercados, ayer, le volvieron a dar la espalda al gobierno. El dólar blue se negoció a $12,55, unos 30 centavos más caro que el lunes. En lo que va del 2014, la divisa informal se incrementó un 25,5% (o 2,55 pesos).  En tanto, el dólar oficial cerró por cuarta sesión consecutiva al mismo precio, a $8,02 para la venta. Y obligó a que el Banco Central tuviera que desprenderse de 60 millones de dólares para mantener la cotización.


 Obviamente, ningún funcionario K hizo mención al verdadero problema de fondo: la inflación y la aguda recesión económica , causada por los desaciertos gubernamentales. Mas fácil les resulta inventar supuestas conspiraciones de carácter global contra el gobierno K, sin ofrecer ninguna prueba y en base suposiciones que no resisten el menor análisis. Esto fue lo hizo, precisamente, el propio Capitanich cuando ayer habló de “ataques especulativos”, como si la Argentina estuviese sufriendo el accionar de una fuerza extraña, que actúa desde las sombras y que hasta podría provenir de otra galaxia. 


Fiel al estilo K, “el Bocon” no dio nombres propios de los propios responsables del supuesto ataque. No sería extraño que, ante semejante nivel de divague, se llegue al extremo dentro de poco de responsabilizar a extraterrestres por la suba del dólar. A esta altura de los acontecimientos, hasta personajes como ALF y ET podrían quedar en la mira K.


En rigor, lo que puede aparecer como gracioso o risueño, en realidad es algo trágico.


 Porque, en el fondo, lo que aparece con cada uno de las excusas que diariamente se escuchan desde la Casa Rosada es el nivel de improvisación e ineptitud permanente.

¿De qué otra forma se puede calificar la conferencia de prensa de Capitanich, que primero pidió “colaboración” para evitar que haya una disparada de precios, y acto seguido amenazó con clausurar a los comercios que no cumplan con “los acuerdos de precios”?. 

“Las herramientas que tiene el Estado son múltiples. Aparte de las multas por incumplimiento de acuerdos, en un extremo de incumplimiento puede llegar a la clausura", disparó el jefe de Gabinete, sin sonrojarse. Y reiteró que el Gobierno está trabajando junto a "distintos sectores de la economía para garantizar el abastecimiento de electrodomésticos a precios razonables". La propia realidad se encarga de desmentir al kirchnerismo ya que los electrodomésticos están registrando una suba promedio de 30%. Y no es para menos dado que casi todos los componentes de estos artefactos son importados (la actividad que se realiza en la Argentina se reduce, básicamente, al ensamblado), y por ende cotizan a precios dólar.


 Situaciones similares se registrarán en prácticamente todos los sectores de la economía, dado que el aparato productivo con valor agregado, prácticamente brilla por su ausencia.

 
El fracaso

 

“Los acuerdos de precios se intentaron hacer desde siempre, pero nunca van a poder funcionar si no hay confianza en la población y si la devaluación no está acompañada por medidas técnicamente bien hechas. Estos dos factores no se están dando. Y la inflación no es un problema que comenzó ayer, ya lleva siete años. Se fue retrasando la adopción de medidas y el problema ahora está explotando”, le dijo a Hoy el economista Pedro Andrieu, exsecretario de Comercio durante el último gobierno de Juan Domingo Perón.


Andrieu, asimismo, sostuvo que “hay una cuestión colateral a tener en cuenta, que es la abrupta caída de reservas. Se trata de recursos que le permiten a un país afrontar los pagos que considere necesarios y tener capacidad de resistencia ante una corrida cambiaria. Hoy, el nivel de las reservas es muy pobre, viene disminuyendo por el déficit en la balanza de pagos, los pagos por la importación de gas y petróleo, los pagos de la deuda externa, que han dejado al Central con una capacidad de maniobra muy reducida”, dijo Andrieu.


El panorama económico, lamentablemente, pinta muy negro. 



“Kicillof vende cualquier buzón”

 

El economista Alfonso Prat-Gay cargó con dureza contra el ministro de Economía, Axel Kicillof, al afirmar que "no opera" económicamente "con bisturí, opera con serrucho" y aseguró que el funcionario "le vende cualquier buzón" a la presidenta Cristina Kirchner.


Además, sostuvo que "la foto de Cristina twiteando desde Cuba contra los bancos, es la foto de la ausencia de autoridad y la ausencia de poder" de la mandataria.


El dirigente de UNEN advirtió que el Gobierno está provocando "la recesión más innecesaria de la historia" y analizó que las "marchas y contramarchas" del Ejecutivo en su política cambiaria "ayudaron a embarrar la cancha para enfriar la cosa y parar la pelota" con la caída de reservas.



¿Devaluación a medias?

 
El economista Fausto Sportorno,  del Centro de Estudio de Orlando Ferreres, advirtió ayer que quedarse "corto" con una devaluación puede "ser peor", y afirmó que actual problema cambiario es "consecuencia de los desequilibrios macroeconómicos" acumulados durante mucho tiempo y ahora "es difícil salir".


"Si te quedás corto con una devaluación, puede ser peor. Es dañina la posibilidad de quedarse corto con una devaluación porque los exportadores prevén que el tipo de cambio todavía no es el máximo que se puede alcanzar, o por lo menos no lo encuentran en un equilibrio y todos los demás estamos pensando que va a seguir subiendo, así que hay que comprar", planteó.

El economista también alertó que "estamos en gruesos problemas" si se concretan las cifras dadas por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien estimó que podrían presentarse "dos o tres millones" de contribuyentes para comprar dólares por lo que calculó "un piso de 1.365 millones a 2.500 millones de dólares" mensuales.

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