Miércoles 26 de febrero de 2014
Por Alejandro Rizzi
Me vino a visitar un amigo
peronista de siempre: desde que lo conozco- allá por 1970-, fue peronista de
Perón, luego de Isabel, luego de Luder, luego de Cafiero, luego de Menem, luego
de los “K” y ahora es simplemente “justicialista”
“Peronista ortodoxo”, le
repliqué.
“No. No existe el peronismo
“ortodoxo”, el peronismo es heterodoxo por esencia, por eso somos “un
movimiento”.” Luego de un breve silencio agregó: “siempre está donde debe
estar”, continuó, “cuando hubo que ser nacionalista lo fue; cuando tuvo que ser
neo liberal, lo fue; cuando hubo que ser anti neoliberal, lo fue; si hay que
confiscar, confisca; cuando hay que pagar, se paga. Mirá, de Braden o Perón, se
pasaron a las relaciones carnales y desde allí a allanarles un avión espía en
EZEIZA o antes hacerle un escrache a Bush en Mar del Plata y ahora arrodillarse
ante Obama por los hold out, eso es ser peronista, te repito, “saber estar, dónde
hay que estar y en el momento oportuno.”
“Querés un café”,
pregunté.
“Acá en el estudio, no; vamos al
bar de abajo “Oh la la”, te invito.”
“¿Cómo sigue esto?”
“A pesar de tus amigos, por
Cachanosky y algún otro de esos liberales con los que te juntás, esto seguirá
así, claro, si no hacen locuras. Una inflación del 30 o 40% es manejable, un
tipo de cambio controlado con buenas tasas de interés, una leve caída del
salario real, un poco menos de consumo, menos viajes a Miami. Llegarán al 10 de
diciembre de 2015 y, contrariamente a lo que creen los que dicen que Kristina
tiene que terminar su mandato para morder el polvo de sus fracasos, la carga
habrá que pagarla luego, a partir de 2015, Repsol, club de Paris, Hold out,
inflación, etc., etc., etc…
“…fijate, Luis, no hay mucho
entusiasmo para gobernar a partir del 10 de diciembre de 2015…será muy difícil…,
continuó como pensando en voz alta.”
Me quedé callado,
reflexionando…
“Leíste el artículo de Pagni del
lunes pasado en La Nación”, me preguntó.
“Sí”, respondí.
“Allí tenés la clave.”
“¿Por qué?”
“Kristina y su sequito quieren y
necesitan seguridad y para eso tienen que seguir por un camino más o menos
lógico, te diría un ajustehomeopático y a cargo del sector privado,
matizado con tango y folklore. Lógicamente habrá elogios para ese mínimo ajuste
que, por otra parte, afectará a quienes no la votarán… ¿está claro? Todo será en
nombre de la justa distribución del ingreso”
Otra vez respondí
afirmativamente, pero con un gesto de mi cabeza.
“Mira, Kristina tiene un piso de
votantes del 18% a 20, 22%, con eso puede mantener presencia en el Congreso y un
razonable poder de perturbación: imaginate cuando se venga el ajuste en serio…el
relato brillará como nunca y ese 20 % lo seguirá creyendo, será como el de
Emilio Zola un nuevo Yo acuso.”
Escuchaba como fascinado…y
pregunté quién será su candidato
“Cualquiera, me inclinaría hoy
por hoy por el gobernador de Entre Ríos, a Urtubey lo creo más inteligente. Para
Kristina, su candidato solo será para Poner la cara y, pasadas las elecciones,
si te he visto
no me acuerdo.
El otro 80% se dividirá entre
Macri, Biner o Cobos o Sanz y el resto entre Scioli y Massa que, como diría
Duhalde, están
condenados a unirse, ya es la única forma en la que
podrían llegar.”
“Me querés decir que habrá
segunda vuelta”, acoté
“Sí y no. Si por esas cosas de la
vida, el Frente para la Victoria llegara al ballotage, quizás haga la “gran
Menem”, pero su 20% hará mucho más ruido que el menemismo y el ajuste en serio
lo tendrá que hacer otro gobierno con el Frente para la victoria como opositor…
¿te imaginás el escenario y el 2019- fecha que para algunos será más importante
que el 2015-?
También podría ocurrir que haya
segunda vuelta con Macri o Unen, por un lado y el peronismo en alguna de sus
versiones por el otro… ¿por quién apostarías?”, me preguntó con cara de
póker.
No me animé a responder… y pensé
para mí: “estaremos condenados a esto…”
Mi lógica me dice que no,
pero…
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