06 / 02 / 2014
PAPELES, ANTECEDENTES Y CASUALIDADES IMPOSIBLES
Qué documentación había en los depósitos de Iron Mountain? ¿Qué empresas contrataban los servicios de la firma de Barracas y podrían haber sido beneficiadas por el fuego que consumió tantos papeles?
Esos interrogantes son más que relevantes en
estas horas, sobre todo a la luz de las sospechas que acumula la fiscal de
instrucción a cargo del expediente de marras, Marcela Sánchez, luego de haber
estado recorriendo el lugar del hecho y hablado con tres empleados que estaban
cuando se desató el siniestro.
Todos coincidieron en mencionar un dato que
desvela la funcionaria judicial: jamás se activó el sistema de seguridad anti
incendio instalado en el depósito, el cual consistía en una red de cañerías con
riego instalada en los techos. ¿Fue algo fortuito o alguien se ocupó de que
no funcionara?
El presidente del Consejo Nacional de
Bomberos, Carlos Alberto Felise, sembró certeras dudas al respecto: " Yo estuve
un par de horas en el incendio y lo que pude ver es muy
extraño".
En el mismo sentido, en declaraciones a
radio La Red, aseguró que en este tipo de siniestros, las paredes se
desmoronan pero no caen nunca hacia el
exterior.
Los antecedentes de Iron Mountain generan
aún más suspicacias: en 1997 sufrió dos incendios similares al de ayer con pocos
días de diferencia. El prestigioso diario norteamericano The New York Times hizo
públicas sus sospechas en esos días a través de un informe al que tituló
“misterioso incendio".
No se trató de meras sospechas
periodísticas: el entonces jefe de bomberos, Robert Davidson, dijo a ese
diario que los dos incendios se habían producido
"intencionalmente".
Pero hay más: en 2006, otro depósito de Iron
Mountain en Canadá se incendió y luego, con una semana de diferencia, ocurrió lo
propio en Londres. "Las llamas alcanzaron los seis o nueve metros de altura y el
humo podía verse desde la ciudad", publicó entonces la
BBC.
En
virtud de lo mencionado, solo caben dos posibilidades: o se trata de una empresa
con una enorme mala suerte —que viola todas las leyes del azar— o se trató de
una acción deliberada.
Como se dijo, habrá que indagar sobre los
clientes de Iron Mountain. Se sabe que la firma manejaba documentos sensibles de
bancos, financieras y firmas petroleras. ¿Estará allí la clave de lo
sucedido?
Por ahora no hay elementos concretos para
sostenerlo, aunque la justicia se muestra presurosa por avanzar en el
esclarecimiento del hecho.
En ese contexto, la fiscalía emitió un
comunicado oficial en el que hizo saber que "cuando se termine de sofocar el
incendio comenzarán los peritajes para intentar determinar el origen del
fuego".
Esa será la punta del ovillo para terminar
de desenredar la madeja de esta espinosa cuestión.
Christian
Sanz
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