La prolongación del paro impulsado por el Frente Gremial Docente en
la Provincia de Buenos Aires, por su duración, está produciendo efectos
políticos impensados. Para empezar, ayer la presidente sentó a su lado
en Olivos a Daniel Scioli, en un gesto explícito de respaldo a su
gestión. No se trata de un gesto habitual, ya que en general CFK evita
aparecer -aunque sea indirectamente- como apoyando la candidatura
presidencial del gobernador bonaerense. No fue casual que ayer mismo, un
vocero del massismo, el intendente de Olavarría José Eseverri,
desafiara a la presidente para que mediara en el conflicto docente
bonaerense. Una intervención que ella sólo podría encarar si tiene plena
garantía de éxito, es decir, si los seguidores de Roberto Baradel
aceptan menos del 35% que reclaman, una cifra que si fuera homologada
por la Casa Rosada desquiciaría el esquema de tope para las paritarias
dispuesto por el gobierno.
Otro efecto de la gran ofensiva docente es que prácticamente obligaron a Hugo Moyano y Luis Barrionuevo a ponerle fecha a su paro del próximo 10 de abril.
Volviendo a la peculiar relación entre Cristina y Scioli, el desgaste que éste está sufriendo por un lado coincide con los planes del ultracristinismo de abrir el camino para otro candidato presidencial, por caso Sergio Urribarri. Pero este buen resultado para la Casa Rosada podría tener a su vez un costo enorme para el oficialismo en materia de votos. En los cuarteles de Massa y de la UCR hoy se especula con que, entre la crisis de seguridad y el paro docente, la gestión del ex motonauta puede entrar en un cono de sombra. O sea, que el Frente para la Victoria puede bajar varios puntos más.
Ayer pareció entonces que la presidente no se animaba a prescindir de Scioli al ponerlo a su lado. La realidad es que ninguno de los cristinistas prominentes de la provincia, es decir, Julián Domínguez, Florencio Randazzo y Gabriel Mariotto, están en condiciones de mitigar una caída electoral de Scioli. También ayer, se tendieron discretos puentes para sondear si existe la posibilidad de que CFK emerja triunfadora de una eventual negociación directa con los docentes. Éste sería para ella el resultado ideal, ya que todos deberían leer que Scioli salvó su gestión gracias a la intervención de su jefa.
Algunos recientes movimientos del gobernador, por ejemplo una conversación con Francisco de Narváez acerca de su posible inclusión como ministro de seguridad, fueron considerados insultantes en Olivos.
Nunca como ahora, el ex motonauta estaría convencido de que la voluntad de ella es no hacerlo candidato a presidente y que está buscando el camino para llegar a este resultado.
Cristina viene de dar muestras de buena conducta ante el FMI, REPSOL y el Club de París. Si Scioli se desplomara o cayera en desgracia en el oficialismo, en el marco externo ningún precandidato K saldría beneficiado, pero si una vez más sacaría provecho Massa.
Otro efecto de la gran ofensiva docente es que prácticamente obligaron a Hugo Moyano y Luis Barrionuevo a ponerle fecha a su paro del próximo 10 de abril.
Volviendo a la peculiar relación entre Cristina y Scioli, el desgaste que éste está sufriendo por un lado coincide con los planes del ultracristinismo de abrir el camino para otro candidato presidencial, por caso Sergio Urribarri. Pero este buen resultado para la Casa Rosada podría tener a su vez un costo enorme para el oficialismo en materia de votos. En los cuarteles de Massa y de la UCR hoy se especula con que, entre la crisis de seguridad y el paro docente, la gestión del ex motonauta puede entrar en un cono de sombra. O sea, que el Frente para la Victoria puede bajar varios puntos más.
Ayer pareció entonces que la presidente no se animaba a prescindir de Scioli al ponerlo a su lado. La realidad es que ninguno de los cristinistas prominentes de la provincia, es decir, Julián Domínguez, Florencio Randazzo y Gabriel Mariotto, están en condiciones de mitigar una caída electoral de Scioli. También ayer, se tendieron discretos puentes para sondear si existe la posibilidad de que CFK emerja triunfadora de una eventual negociación directa con los docentes. Éste sería para ella el resultado ideal, ya que todos deberían leer que Scioli salvó su gestión gracias a la intervención de su jefa.
Algunos recientes movimientos del gobernador, por ejemplo una conversación con Francisco de Narváez acerca de su posible inclusión como ministro de seguridad, fueron considerados insultantes en Olivos.
Nunca como ahora, el ex motonauta estaría convencido de que la voluntad de ella es no hacerlo candidato a presidente y que está buscando el camino para llegar a este resultado.
Ella está trabada
Curiosamente, en este aspecto, los punzantes ataques de Sergio Massa hacen que Scioli siga siendo necesario para el ultracristinismo. La reciente gira estadounidense del intendente de Tigre, con una agenda que incluyó la inseguridad y la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, puso en evidencia que el único político oficialista capaz de disputar esa agenda con cierta credibilidad es justamente Scioli, ya que las incursiones del Jefe del Estado Mayor del Ejército, General César Milani, carecen de relieve político y están salpicadas por las acusaciones que pesan sobre él. La reciente conversación entre Francisco y Barack Obama habría incluido la política regional y reforzado la tesis de corrección de rumbos de los populismos latinoamericanos.
Cristina viene de dar muestras de buena conducta ante el FMI, REPSOL y el Club de París. Si Scioli se desplomara o cayera en desgracia en el oficialismo, en el marco externo ningún precandidato K saldría beneficiado, pero si una vez más sacaría provecho Massa.
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