miércoles, 26 de marzo de 2014

LA TRILOGIA FEMENINA PERONISTA


CARTAS Y NOTAS DE NUESTROS AMIGOS LECTORES

Amigos:

Empantanados como estamos por esta comparsa peronista que carece de dimensiones medibles en el tiempo y en el espacio,
creo oportuno señalar que ese movimiento en esencia, ha venerado a mas mujeres que hombres, por lo que su estructura se debería encasillar como de naturaleza feminoide.

Y apoyo esta subjetiva conjetura en sus tres deidades, a saber:

María Eva Duarte:

Con una inusitada fuerza, se abrió paso entre tantos contendientes, para ocupar el rol que su esposo le confirió en el tramado de la estructura partidaria.

La conquista del voto femenino y las estridentes arengas en sus apariciones publicas, tuvieron en los Trabajadores un impacto mucho mas insondable que el del propio Pocho en el clamor de las masas.

De carácter forjado por su raigambre de hija ilegitima de un prospero hacendado de Junín, su infancia y oprobiosa adolescencia en su pueblo natal de Los Toldos, le imprimieron empero de un inusitado coraje, muy poco común en las Mujeres de esos años.

La afinidad con el General, debe anotarse precisamente en el origen común de ambos, investidos de la macula del rechazo social de aquellos tiempos, por no provenir de un hogar legalmente constituido.

Pero con todos sus desaciertos, mentiría sino reconociera que fue una mujer admirable, porque sin juzgar su conducta quizás un tan casquivana por su afición a la nocturnidad de los cabarets porteños y su fruición a las joyas y vestuario, literalmente dio hasta la ultima gota de su sangre por su cónyuge y de alguna manera muy particular su amor incondicional hacia los desclasados.

Y muy a pesar de lo que los nostálgicos gorilas, escribieron arteramente sobre ella, no fue una golfa ni nada que se asemejara mínimamente a ello.

Su distanciamiento primero y su odio visceral después hacia la aristocracia, provino del absurdo rechazo de las aburridas matronas de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, quienes le negaron sistemáticamente su ingreso, provocando su ira.

Perón aprovecharía dicha cólera para fagocitar esa absurda división de Clases que caracterizo su gestión.

Sin embargo y pese al revés que recibió cuando el Ejercito veto su candidatura para la Vice Presidencia en 1951, sin su concurso y activa participación, el Peronismo jamás hubiese gozado de la trascendencia que tuvo, ya que su partida la beatifico en el alma de los mas humildes y galvanizo definitivamente el estandarte de un Movimiento que tiene setenta años de antigüedad.

Sin su figura acrisoladora, la suerte de ese Justicialismo hubiera carecido de esa mística hacia la inmortalidad de una Señora con mayúsculas y fuera de serie.

La frase en su lecho de muerte cuando profetizo "volveré y seré millones", doto a ese Populismo, como de una suerte de posterior resurrección, asemejándola a un principio comparativamente Evangélico.

En síntesis, fue Evita quien interpreto mejor que nadie el sentir de las multitudes.

Fue ella quien motorizo la liberación de Perón del Hospital Militar el 17 de octubre de 1945.

Y a ella se le deben de otorgar los verdaderos y genuinos créditos sobre el crecimiento exponencial Peronista, porque a todas luces fue su Musa inspiratoria.

Su esposo se limito a engrandecer su propio culto a la personalidad, alimentado por los elogios que ella, constantemente le prodigaba en los actos públicos.

Y pese a mi inveterada animadversión contra el Peronismo, no puedo dejar de destacar que su contribución hacia el, fue desinteresada y que dio su vida por sus convicciones.

María Estela Martínez:

Miembro de un ballet folclórico de gira por Centroamérica y con una anatomía demasiado esmirriada, para fines de los cincuenta que privilegiaba a las mujeres mas pulposas y dotadas, su suerte que estaba prácticamente perdida, la ubico como vendedora de cigarrillos ambulante en un viejo tugurio nocturno de Panamá City.

La mera coincidencia de ser Argentina, llamo la atención de un devaluado Perón ya sesentón que transitaba por su peor etapa como exiliado político sin futuro conocido.

Acaso la soledad y la nostalgia lo hicieron reparar en esa humilde riojana sin virtudes conocidas y tal vez decidió mitigar su pena con una mujer que sabia, no le cuestionaría nada y que planificaba, fuese su enfermera, ya que un incipiente cáncer de próstata lo tenia a mal traer.

En ese club, Perón también conoció circunstancialmente a quien le había dado el empleo a Isabelita y era el encargado del lugar: Alberto Lastiri, quien días después le presento a su desempleado suegro y ocasional contrabandista de menor cuantía José López Rega.

Por las inclemencias del destino Perón se hizo de tres seguidores que no tenían antecedentes de ninguna especie en el Partido y precisamente por ello los juzgaba confiables. 

Era el génesis de un Cuarteto que nos otorgaría nada mas que penurias en la década siguiente.

Que serian, cada quien a su manera, los forjadores de la escalinata que nos empujaría a convivir con las Patrias Sindical & Socialista que alternaron el poder omnímodo hasta el 24 de marzo de 1976.

Y que incluso trascendieron el interinato del gobierno del Proceso Militar, cuando retorno la Democracia que nos ha hundido en las tinieblas.

Pero Isabelita, aunque cooptada inicial y fácilmente por el "brujo", tuvo la suficiente presencia de animo, cuando este malandrín tuvo que exiliarse, para delegar en las Fuerzas Armadas, el aniquilamiento de los disolventes montos y erpios, con todos los fatales errores que fortalecerían a estos Demócratas radicales y peronistas, para extender a quienes evitaron nuestra disolución territorial, su certificado de defunción Institucional. 

CRISTINA WILLHELM:

A diferencia de las dos anteriores, que nunca presumieron de títulos universitarios apócrifos y que hicieron lo que creían, era conveniente para los destinos de la Nación, esta fulana heredo de ambas sus peores defectos, esto es, de Evita las banalidades de su lujos y de Isabelita, la ausencia de neuronas.

Evita en su gira europea fue una Embajadora de la Argentina, porque mas allá de su escapada a Suiza para asegurar la mayor parte del liquido producto del botín de su marido, conto con el beneplácito de España por nuestro intento de mitigar su hambruna con dos cargueros de harina de trigo candeal que sospechosamente terminaron vertiendo su carga en el puerto de Génova  a un comprador anónimo.

Pero esa es parte de otra historia.

Lo relevante fue que no avergonzó al Pueblo Argentino, como lo hace de continuo esta ordinaria que se precia de llegar tarde 
a cualquier reunión de protocolo y que además se hace preparar desfiles privados para su elección de prendas.

En síntesis, ninguna de las dos viudas de Perón, nos han avergonzado en publico.

Evita ostentaba con orgullo su apellido Materno e Isabelita no oculto su ominoso pasado, como sí pretende hacerlo esta callejera toloseña.

Isabelita, probablemente por razones de famelidad extrema, puede que haya ejercido brevemente la prostitución.

Pero Kretina es toda una autodidacta. 

En fin, creo que ésta, es la síntesis de

LA TRILOGIA FEMENINA PERONISTA.

Atentamente Carlos Belgrano.-

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