La obsesión en el gobierno por encontrarle a la presidente un destino
institucional sólido para después de diciembre del 2015 ya es un tema
de alta prioridad, ya que se vincula directamente con la necesidad de
contar con el grado más alto de impunidad posible. Hasta ahora, las
alternativas para ser legisladora o jueza por Santa Cruz no conforman,
por su escasa jerarquía y el riesgo de quedar muy expuesta a los ataques
opositores.
Ahora los esfuerzos se encaminan en otra dirección. Siguiendo los pasos de Néstor Kirchner cuando, luego de dejar el gobierno, buscó proyectarse como secretario de la UNASUR, varios operadores internacionales del cristinismo están abocados a preparar el terreno para que Cristina se convierta en presidenta del Parlamento del Mercosur. En el contexto de una marcada debilidad institucional, este parlamento, que tiene su sede en Montevideo, aún no funciona plenamente.
El Parlamento del Mercosur, conocido también como Parlasur, es una asamblea parlamentaria que funciona como órgano no legislativo del Mercosur, bloque regional constituido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y, más recientemente, Venezuela. Creado legalmente el 9 de diciembre de 2005, el Parlasur comenzó a funcionar el 7 de mayo de 2007.
En una primera etapa, sus miembros fueron elegidos por los congresos nacionales de entre sus miembros, pero según su Protocolo Constitutivo debería ser integrado mediante el voto directo (a partir de 2011) y simultáneo (desde 2015) de los ciudadanos según un criterio de proporcionalidad acotada. En marzo de 2013, sólo los legisladores paraguayos han sido elegidos mediante votación popular, lo que significa que tres de los cuatro miembros han incumplido los plazos fijados por los tratados y la legislación mercosureña. La apatía de los gobiernos de Brasil, Argentina y Uruguay por designar los parlamentarios del Mercosur es bastante notoria.
En nuestro caso, la ley 26571 que estableció las PASO sostiene en su artículo 19: “Todas las agrupaciones políticas procederán en forma obligatoria a seleccionar sus candidatos a cargos públicos electivos nacionales y de parlamentarios del Mercosur mediante elecciones primarias, en forma simultánea, en todo el territorio nacional, en un solo acto electivo, con voto secreto y obligatorio, aun en aquellos casos en que se presentare una sola lista”. Esta ley ya fue aplicada en el 2011 y el 2013, pero el Ejecutivo no reglamentó la elección de los parlamentarios mercosureños y así es que el cuerpo legislativo regional sigue sin funcionar
Para el cristinismo, en cambio, se trataría de una posición de fuerza que le permitiría a su jefa protagonizar la campaña electoral en un verdadero abrazo del oso a Scioli o al que resulte ser el candidato oficialista. Con su habitual altísimo perfil, la presidente, como candidata, también podría sin duda alguna eclipsar a los presidenciables y producir una situación bastante inédita: que la campaña electoral gire en torno a una figura que aspiraría a un cargo menor.
En cuanto al cierre final de la operación, trascendió que Dilma Rousseff aprobaría en principio que CFK presida el Parlasur como una forma de ponerle ciertos límites a un eventual gobierno de centro derecha en la Argentina.
Ahora los esfuerzos se encaminan en otra dirección. Siguiendo los pasos de Néstor Kirchner cuando, luego de dejar el gobierno, buscó proyectarse como secretario de la UNASUR, varios operadores internacionales del cristinismo están abocados a preparar el terreno para que Cristina se convierta en presidenta del Parlamento del Mercosur. En el contexto de una marcada debilidad institucional, este parlamento, que tiene su sede en Montevideo, aún no funciona plenamente.
El Parlamento del Mercosur, conocido también como Parlasur, es una asamblea parlamentaria que funciona como órgano no legislativo del Mercosur, bloque regional constituido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y, más recientemente, Venezuela. Creado legalmente el 9 de diciembre de 2005, el Parlasur comenzó a funcionar el 7 de mayo de 2007.
En una primera etapa, sus miembros fueron elegidos por los congresos nacionales de entre sus miembros, pero según su Protocolo Constitutivo debería ser integrado mediante el voto directo (a partir de 2011) y simultáneo (desde 2015) de los ciudadanos según un criterio de proporcionalidad acotada. En marzo de 2013, sólo los legisladores paraguayos han sido elegidos mediante votación popular, lo que significa que tres de los cuatro miembros han incumplido los plazos fijados por los tratados y la legislación mercosureña. La apatía de los gobiernos de Brasil, Argentina y Uruguay por designar los parlamentarios del Mercosur es bastante notoria.
En nuestro caso, la ley 26571 que estableció las PASO sostiene en su artículo 19: “Todas las agrupaciones políticas procederán en forma obligatoria a seleccionar sus candidatos a cargos públicos electivos nacionales y de parlamentarios del Mercosur mediante elecciones primarias, en forma simultánea, en todo el territorio nacional, en un solo acto electivo, con voto secreto y obligatorio, aun en aquellos casos en que se presentare una sola lista”. Esta ley ya fue aplicada en el 2011 y el 2013, pero el Ejecutivo no reglamentó la elección de los parlamentarios mercosureños y así es que el cuerpo legislativo regional sigue sin funcionar
Protagonizar la campaña
Este proyecto tendría otra proyección, tal vez más importante todavía. De acuerdo a la reglamentación que dicte el gobierno, la boleta con la lista de candidatos al Parlamento del Mercosur podría hasta encabezar las boletas para distintos cargos, incluso antes que la de presidente y vice de la Nación. Mediante este artilugio, Cristina volvería a ser una gran estrella electoral, condicionando fuertemente a la boleta que vaya pegada, por ejemplo con Daniel Scioli para presidente. Como es obvio, semejante maniobra no le haría ningún favor al gobernador bonaerense, porque además la campaña electoral se haría bajo la consigna “Scioli presidente, Cristina al Mercosur”.
Para el cristinismo, en cambio, se trataría de una posición de fuerza que le permitiría a su jefa protagonizar la campaña electoral en un verdadero abrazo del oso a Scioli o al que resulte ser el candidato oficialista. Con su habitual altísimo perfil, la presidente, como candidata, también podría sin duda alguna eclipsar a los presidenciables y producir una situación bastante inédita: que la campaña electoral gire en torno a una figura que aspiraría a un cargo menor.
En cuanto al cierre final de la operación, trascendió que Dilma Rousseff aprobaría en principio que CFK presida el Parlasur como una forma de ponerle ciertos límites a un eventual gobierno de centro derecha en la Argentina.
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