sábado, 28 de febrero de 2015

Corrupción impune







28/02/15 - 19:10hs

La Cámara de Casación declaró nula la causa de las valijas de Antonini Wilson por el contrabando de 800 mil dólares, destinados a financiar la campaña del kirchnerismo en 2007. La injusticia gana camino degradando a las instituciones argentinas

Una de las frases que la sociedad ha hecho suya, es que “la Justicia es para los pobres, a los poderosos no se los toca”. Eso parece haberse hecho realidad con la decisión de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, que declaró prescripta la causa que investigaba las valijas entradas de contrabando por Guillermo Antonini Wilson con 800.000 dólares destinados a la campaña presidencial del Frente para la Victoria.

La causa, en la que también se encontraba acusado el exfuncionario Claudio Uberti, una de las personas más cercanas a Néstor Kirchner desde sus tiempos en Santa Cruz, es una más que buen noticia para el kirchnerismo en tiempos de finales de ciclo y con una Justicia que lo viene acorralando en diferentes causas por hechos de corrupción.

De esta manera, los magistrados Ángela Ledesma, Alejandro Slokar, y Pedro David, resolvieron rechazar por unanimidad el recurso extraordinario interpuesto por la fiscal de casación Gabriela Baigún, para que el Tribunal revoque la prescripción de la causa.

El tribunal expresó que "...la decisión ha sido revisada y confirmada por la Cámara de Apelaciones y el impugnante no ha argumentado adecuadamente la existencia de una cuestión federal, que habilite la intervención de esta Cámara como tribunal intermedio en los términos de la doctrina establecida por el Alto Tribunal en el caso "Di Nunzio...".

A pesar de que la propia presidenta Cristina Fernández se ha pasado días enteros hablando del “partido judicial” que estaría llevando adelante un supuesto “golpe” contra su gobierno, la realidad indica que las últimas medidas adoptadas por la Justicia, como el rechazo del juez Rafecas a la denuncia de Nisman sobre presunto encubrimiento oficial al atentado a la AMIA, o esta prescripción en una casusa por corrupción que tocaba de lleno al oficialismo, demuestran que la Justicia sigue muy cercana al poder político K.


Una justicia independiente, que pueda controlar y juzgar a los delincuentes de guante blanco, sería uno de los primeros pasos necesarios para vencer al flagelo de la corrupción que azota al país. Si no hay control y la justicia está ausente, la impunidad gana camino, y si algo se sabe de sobra, es que la impunidad es sinónimo de la degradación institucional.

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