21/03/15 - 07:21hs
La economía argentina se encuentra estancada, con un panorama recesivo que amenaza con quedarse por un tiempo más en nuestro país, y que amenaza con arrasar lo poco que todavía queda en pie del aparato productivo nacional.
Hasta el momento, y ante la falta de un plan estratégico que sirviera para actuar ante contingencias negativas, el oficialismo sólo se ha dispuesto a dar masivos subsidios a los diferentes sectores económicos, lo que ha incrementado en forma notable el Gasto Público Improductivo, lo que ha significado un despilfarro de los dineros públicos sin ninguna clase de control por parte del gobierno kirchnerista.
Según se dio a conocer en el día de ayer a través de un estudio realizado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), los subsidios a sectores económicos alcanzaron en el primer bimestre del año a 29.290,9 millones de pesos y aumentaron un 40,1% respecto del mismo período del año anterior.
Dividiendo los datos, puede verse que el 92,6% de ese gasto, unos 27.134,3 millones de pesos, corresponden a la atención de gastos corrientes, en tanto los destinados a gastos de capital representan poco más del 7%. De mantenerse la tendencia del primer bimestre, el total de subsidios para 2015 sobrepasaría los 310 mil millones de pesos, una cifra descomunal para una economía en crisis como la argentina.
En diálogo con Hoy, el profesor de Administración Financiera en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Roberto Drimer, aseveró que “el Gasto Público se debe reducir, y se lo puede hacer tomando los subsidios que no tienen sentido económico, como por ejemplo el que se da a la producción extranjera de energía, subsidios que hacen que en las áreas metropolitanas se paguen tarifas varias veces menores que en el resto del país”.
Para el director de la consultora Vatnet, “sacando el grueso de los subsidios que no tienen sentido, ya se puede arreglar mucho el Gasto y los problemas económicos que tiene el país hoy día. El tipo de cambio es insostenible, y se deben tomar medidas que le den un cierto clima de optimismo y certeza a los argentinos y al mundo”.
Diversos especialistas se han encargado de remarcar que el Gasto Público ha crecido desmesuradamente y que el país ha entrado en una debacle con creciente déficit financiero, y con un gobierno que no tiene acceso al crédito, que no puede mantener esta situación y que debe encarar en el menor tiempo reformas estructurales si es que quiere enderezar la situación.
“Lamentablemente para el país, el escenario que se avecina es el de un ajuste, y se llega a esto por la forma incorrecta de manejar la situación que ha tenido el gobierno. Hizo un festival de subsidios sin ningún control, que hace que quien asuma el poder el 10 de diciembre tenga que hacer una corrección importante, y esperemos que aproveche la mala situación y recesión para que esos ajustes tengan el menor efecto inflacionario posible”, resaltó Drimer.
La Argentina debe encarar una reforma administrativa, reduciendo la corrupción que no sólo encarece el gasto -como pasa con el tema de los subsidios-, sino que también ahuyenta la inversión, imponiendo un panorama penoso para la economía nacional al corto y mediano plazo.
No querer pagar los costos
Desde el punto de vista del propio Estado es insostenible una nebulosa en el tema de los subsidios, que lleva a que se destinen gastos cuantiosos en lugares para los cuales muchas veces no son necesarios.
Mariano Lamothe, profesor de la Universidad de San Andrés, afirmó a Hoy que la situación que vive el país hoy “tiene que ver sencillamente con el tema del Gasto Público, donde no se ha solucionado el esquema de los subsidios, y buscar medidas que sirvan para financiar toda una estructura que depende de los ingresos públicos”.
Según el jefe de análisis económico de la consultora Abeceb.com, “todo esto tiene que ver con que desde el gobierno no se quiere pagar los costos políticos que significaría un ajuste, con los subsidios, reconociendo el nivel de inflación que hay en el país”.
“Hay condiciones para achicar el tamaño del Gasto en el tema subsidios, que se llevan una gran proporción de los gastos, y que es mucho más regresivo que los propios impuestos. Esto ya es un tema político de no querer pagar costos y con las consecuencias que esto ha tenido en la gente, no se entiende por qué ya no se hace”, destacó Lamothe.
El no asumir la responsabilidad de que está gobernando para más de 40 millones de argentinos y no sólo para sus más inmediatos seguidores, ha llevado al gobierno a una encrucijada donde en vez de retroceder aprieta el acelerador, con un daño para la sociedad todavía difícil de cuantificar.
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