miércoles, 25 de marzo de 2015

Nuevo abuso de poder en la selección de fiscales


Miércoles 25 de marzo de 2015 | Publicado en 
edición impresa


Existen más que fundadas sospechas de que una candidata a fiscal de instrucción fue vetada por el Poder Ejecutivo por no ser considerada "manejable".

Ha trascendido en estos días el caso de la doctora Marisa Tarantino, secretaria de la Fiscalía Federal Nº 2, a cargo del doctor Carlos Rívolo, a quien se la postergó injustamente en el llenado de vacantes para el cargo de fiscal de instrucción, en un concurso convocado hace varios años.
Tras un largo proceso de selección, que incluyó dos exámenes -en el primero la doctora Tarantino obtuvo el mejor puntaje y en el restante, el segundo mejor puntaje-, se procedió a conformar las ternas definitivas para cubrir las seis vacantes hasta allí existentes. Esta candidata quedó incluida en cinco de las seis ternas y en tres de ellas fue la mejor posicionada.
Para la cobertura de los tres primeros cargos, el Poder Ejecutivo siguió el criterio de proponer al mejor candidato de cada terna. Pero cuando debió discernirse quiénes ocuparían los tres cargos restantes, se dejó ya de lado a la doctora Tarantino, pese a ser la mejor candidata para cada uno de ellos. En su lugar, se propuso a personas que habían quedado posicionadas muy por debajo en el orden general de méritos; concretamente, el Poder Ejecutivo propuso a quienes ocupaban los lugares 8º, 10º y 11º. Es más, durante los años en que se sustanció el concurso se designó para cargos de jueces a quienes habían también concursado para fiscales en este mismo proceso de selección, y estaban igualmente posicionados en el orden general de méritos por debajo de la citada candidata.
La Asociación por los Derechos Civiles (ADC) ha llevado este caso a la Justicia, ante la presunción de que la real razón de su postergación es que la doctora Tarantino integra, como funcionaria, una fiscalía federal donde se ha investigado a encumbrados funcionarios del Gobierno. En el marco del amparo, se le solicitó al Poder Ejecutivo que explicara las razones de por qué había preferido, para el llenado de varios cargos en el Ministerio Público, a personas con menor nivel de preparación que ella.
La respuesta del Poder Ejecutivo fue que éste goza de total discrecionalidad para la selección de fiscales dentro de cada terna. Sin desconocer por completo este principio, cuando en un caso como éste se demuestra que el Poder Ejecutivo comenzó por seleccionar a los mejores para el llenado de algunas vacantes, pero abandonó ese sano criterio justo cuando hubiera correspondido la designación de alguien al que se percibe como no "manejable", es imprescindible que los jueces pongan algún límite a este abuso de la discrecionalidad, que en los últimos años se ha tornado tan reiterado como escandaloso.
Existe una corriente, plasmada en la sanción de un nuevo Código Procesal, tendiente a convertir a los fiscales en principales responsables de la investigación de los delitos. En ese marco, se vuelve particularmente grave que se tenga la sospecha de que la doctora Tarantino ha sido castigada por pertenecer a una fiscalía que, en cumplimiento de su deber, demostró que haría realidad el principio de que todos los habitantes, incluidos los altos funcionarios, son iguales ante la ley. Cabe recordar que el fiscal Rívolo, junto a quien se desempeña la candidata postergada, tuvo una activa y encomiable labor en la investigación de la causa Ciccone, en la que se encuentra imputado el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou.
Debemos esperar que el Poder Judicial demuestre estar a las alturas de los ideales republicanos y ponga algún límite a la pretendida discrecionalidad absoluta invocada por el Poder Ejecutivo. Sería ésta la manera de hacer realidad el principio de que todas las personas son admisibles en los cargos públicos, sin otra condición que la idoneidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario