INVITACIÓN ABIERTA AL PADRE BERGOGLIO… O PAPA FRANCISCO
Estimado Padre Bergoglio – Papa Francisco – después de apreciar toda la
fauna que lo ha visitado con el objeto de sacar todo tipo de rédito político,
por el sólo hecho de tomarse la tan apreciada foto con Su Santidad; me tomo el
atrevimiento de cursarle la presente invitación.
Soy consciente que esto es una locura total, pero me tomo de sus sabias
palabras cuando nos dijo: “No dejen que les roben la Esperanza” y créame Santo
Padre que en Nuestra Argentina, se roba de todo pero al menos, en lo que a mí
respecta, la Esperanza todavía no me la “afanaron”; por eso es que me animo a
semejante invitación para con Usted. Sólo espero no caer en blasfemia, ya que
atrevimiento es lo que me sobra.
Mi descaro en semejante invitación, obedece a que a los setenta años y
siendo un Jubilado Aportante de toda la vida laboral; ahora, al igual que
millones de “buitres y caranchos”, hemos soportado y soportamos todo tipo de
humillaciones, atropellos y desprecios; los que han hecho que nuestra piel se
haya curtido y nuestros corazones endurecido a tal extremo, que el de muchos no
han podido resistir y se han ido de este mundo con la tremenda amargura de
haber sido “estafados” por el Estado, a través de varios gobiernos y muy especialmente
del actual, puesto que la Presidente, con la excusa que el país entraría en
default, nos vetó la Constitucional Ley del 82% Móvil y nos condenó a un
verdadero genocidio previsional.
Querido Padre Bergoglio, el verdadero sentido de la presente, es el de
poder tener un almuerzo con Usted; pero sabiendo del protocolo Vaticano por su
lado y a sabiendas que quien suscribe no es nadie relevante ni mucho menos, soy
yo el que lo invita a Usted a compartir una grande de mozzarella en alguna pizzería
de Roma. Eso sí, que no sea alguna de la cadena de pizzerías perteneciente a un
dirigente gremial de los taxistas, ya que podríamos encontrarnos con Guillermo
Moreno como encargado y no podría comer ni media porción tranquilo.
Por los pasajes no hay problemas, ya que junto a mi esposa hemos
acumulado varias millas por medio de la tarjeta de crédito, así que para
llegarnos y pegar la vuelta no hay problemas y respecto a pernoctar un par de
días en Italia, lo haremos en casa de mi familia paterna en la Ciudad de Torino.
Por lo tanto, lo único que nos queda es aguadar el verdadero Milagro que Usted
acepte mi “inusual y loca invitación”, para departir junto a mi esposa (ya que
ambos somos los delegados regionales de AAJA – Asociación Argentina de
Jubilados Aportantes, Asociación sin fines de lucro, con Personería Jurídica Nº
941/2006; en la Ciudad de Mar del Plata) una grande de muzza y Usted pueda
recibir por boca de propios Jubilados, la realidad de lo que estamos padeciendo
y sin ninguna mentira oficial de números y estadísticas falsas de por medio.
Desafortunadamente, soy consciente que hay muchos factores que juegan
en mi contra y seguramente han de ser lapidarios, respecto a que acepte mi inusual
y descabellada invitación, puesto que: No soy peronista y mucho menos
kirchnerista. No soy hincha de San Lorenzo y mucho menos de la cámpora. No le
llevaré nada de regalo y mucho menos un mate o un termo de Taiwán. Tampoco
quiero tener una foto junto a Ud. ya que eso lo han hecho miles de desvergonzados
visitantes que sólo las han utilizado para beneficio propio, de la manera más
falaz y despótica inimaginable. Y por último, en lo que hace a mi carrera
eclesiástica, sólo he llegado a monaguillo durante mi infancia, en la Iglesia
Jesús de la Buena Esperanza, en nuestro querido barrio de Flores, donde nací y
me crié. Pero igualmente todo esto no me hace perder la Esperanza de un Milagro
y sólo apelo a que se cumpla la Voluntad de DIOS .N.S.
Querido Papa Francisco, quien le escribe, es un total don nadie que
siempre ha trabajado y aportado para llegar al final de sus días disfrutando de
su jubilación digna y merecida, al igual que millones de Jubilados y
Pensionados, pero que hoy nos encontramos padeciendo la total defección de ser
poco menos que parias en la Patria que ayudamos a construir desde el lugar que
nos tocó hacerlo y ahora nos vemos en medio de la indiferencia de quienes
deberían administrar “nuestros legítimos” recursos de la ANSeS y este gobierno
sólo se ha apoderado de ellos para hacer demagogia clientelista y
electoralista; nada más que eso.
Me despido de Usted y lo saludo muy cordialmente, hermanado en CRISTO
N.S. rogándole a ÉL que lo Bendiga y Proteja por siempre.
Francisco José Viotti
DNI 4.520.511
PD:
En caso de aceptar la presente invitación y como es casi seguro que nos
encontraremos en la pizzería que Usted elija, lo “reconoceremos de inmediato”,
pero no así Usted, a nosotros, mi esposa y yo; por lo tanto y a fin de evitar
confusiones, le adjunto una fotografía nuestra a tal efecto. Nuevamente muchas
gracias y mil disculpas por el caradurismo de esta pretensiosa y hermosa
locura.
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