sábado, 20 de junio de 2015

La despedida de Florencio Randazzo





19/06/15 - 18:11hs


Luego de imponer la fórmula Scioli-Zannini, la presidenta Cristina Kirchner pretendió que el ministro abandonara sus aspiraciones presidenciales y “bajara” a la Provincia, pero el arengador de la falsa revolución ferroviaria rechazó la propuesta a través de una contundente misiva. A último momento tuvo gestos obsecuentes.

En un capítulo más del Juego de Tronos nacional, en el que Cristina Kirchner se eleva como reina déspota e indiscutida, la presidenta intentó demostrar, por enésima vez, que son sus pesadas manos las que mueven los hilos de los destinos de las personas.

Como el martes lo hiciera con el actual gobernador bonaerense Daniel Scioli, al ponerle como vicepresidente de su fórmula al Secretario Legal y Técnico de la presidencia, el ultrakirchnerista Carlos Zannini, el paso siguiente fue pretender que el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, “bajara” a la Provincia.

Pero, luego de la tensa reunión del miércoles en Olivos, ayer el arengador de la falsa revolución ferroviaria fue contundente. Aún solitario y dolido, tras enterarse por televisión que (tal como le anticipó el lunes el secretario general Eduardo “Wado” de Pedro, en un encuentro en el que casi se fueron a las manos) su padrino político Zannini acompañará al candidato presidencial que más defenestró en el último tiempo, Randazzo le dijo que “no” a la titiritera.

Todo fue por la vía textual. Incluso, sus últimos mensajes conocidos hasta el cierre de esta edición, cuando vía Twitter, en una actitud obsecuente, tal vez hija del miedo y el rigor que Cristina impone a propios y ajenos, aclaró: “Que nadie se confunda. Yo apoyo todas las decisiones que toma. Ella conduce este proyecto del cual soy y seguiré siendo parte”; o “Nunca haré nada que la dañe. Sólo tengo agradecimiento para ella”.

Fue una especie de posdata de la carta que había hecho circular por la mañana, cuando, en un extenso mensaje que alteró todos los planes del oficialismo, rechazó la imposición de la Jefa de Estado, diciéndole, en otras palabras: si no es la presidencia, que no sea nada.

“Dado que en forma manifiesta no es esta tu voluntad, y vos sos quien conduce este proyecto, yo acepto con tristeza pero sin el más mínimo rencor no poder competir por la presidencia”, destacó Randazzo en la misiva.

“Soy un hombre de palabra. Creo fervorosamente en el valor de la misma y en los compromisos asumidos. No borro con el codo lo que escribo con la mano. Por eso, no puedo aceptar ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires”, le explicó el hombre de Chivilcoy a una interlocutora que, se sabe, ignora esos valores.

Pese al desplante, Randazzo le garantizó a la mandataria que no renunciará a su cargo, y que recién se irá del gabinete K cuando el reinado de Cristina sea historia. “Tal como me pediste, te acompañaré hasta el final de la gestión para seguir transformando. […] Después del 10 de diciembre seguiré defendiendo el proyecto desde mi lugar de militante”, le aseguró y, le aclaró: “No puedo renunciar a lo que siento y pienso. Lo hemos hablado muchas veces”. Ya sobre el final, concluyó: “Llegué con vos y me iré con vos de la Casa Rosada”.

Sin dudas, la de Randazzo es una derrota; su Jefa  lo hirió de muerte en su carrera política. Pero, al menos por unas horas, fue capaz de demostrar que los títeres a veces pueden rebelarse contra sus titiriteros, una actitud que desagrada a la presidenta y al kirchnerismo más duro.


El Conurbano, tras el efecto Randazzo

La baja de Florencio Randazzo (en sus apiraciones presidenciales y gubernamentales), ya impacta en barones del Conurbano como Darío Giustozzi, quien fuera uno de los protegidos del Ministro de Interior y Transporte.

Pero con Randazzo neutralizado, el exkirchnerista, exmassista y exfuncionario del impresentable Felipe Solá, ahora teje lazos con Julián Domínguez, el titular de la Cámara de Diputados que competirá por la gobernación bonaerense en la interna del FpV (ver página 3) y con quien Giustozzi mantiene una buena relación desde los tiempos en que Solá gobernaba la provincia, cuando el exintendente de Almirante Brown era su funcionario y Domínguez era diputado.


A su vez, a través del actual intendente del distrito de la tercera sección electoral, Daniel Bolettieri, Giustozzi ya tiende puentes con Daniel Scioli para fortalecer su espacio en el municipio. El actual diputado nacional ve con preocupación cómo el kirchnerismo duro consolida su armado electoral a través del actual titular del IPS, Mariano Cascallares.

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