lunes, 31 de agosto de 2015

Una mancha más para la Morsa





3108/2015




Tras la denuncia que lo vinculó al tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez, ahora, el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, podría verse involucrado en el escándalo de corrupción de la FIFA. Su suerte depende de lo que declare ante la justicia estadounidense el exCEO de TyC, Alejandro Burzaco


Porque el próximo 18 de septiembre, el exCEO de Torneos y Competencias -involucrado en el escándalo de corrupción de la FIFA por las supuestas coimas que pagó por los derechos de TV- se presentará a una audiencia en el Tribunal Federal de Brooklyn, en Nueva York. Allí, y a cambio de una mejora legal, el empresario podría aportar nuevos nombres a la lista de 14 acusados de esta megacausa mundial. Entre ellos, aparece el secretario general de la Conmebol, José Luis Meiszner, un dirigente del fútbol argentino, de estrecha relación con el jefe de Gabinete y candidato a gobernador bonaerense, Aníbal Fernández.

Lo que podría ventilar Burzaco


En la recta final hacia las elecciones de octubre, esto significa un nuevo dolor de cabeza para el funcionario con bigotes de morsa, descripción gráfica con la que Martín Lanatta (uno de los detenidos por el triple crimen de General Rodríguez) identificó al ministro, mencionándolo como el autor ideológico de aquella narco-tragedia y vinculándolo con el tráfico de efedrina.

Porque el exmandamás de TyC tiene las llaves de la libertad en sus manos, para abrir puertas que podrían golpear al gobierno. Por ser Burzaco un hombre con ascendencia en Fernández, así como también en el actual senador K, Juan Manuel Abal Medina.

Desde su detención en junio pasado, las paredes de Balcarce 50 sudan miedo y sus inquilinios K implorarn para que este gerente del fútbol local no ventile sus vínculos con los funcionarios que lo llevaron a ser el encargado de la transmisión de los partidos de la Primera B Nacional, de Primera División, de la selección nacional y de torneos internacionales, hasta convertirse en un hombre de consulta del gobierno a la hora de desarrollar el Fútbol para Todos.

Según altas fuentes de la Rosada, el gabinete K encendió aún más su alerta desde que Burzaco comenzó a analizar la posibilidad de “entregar” a Meiszner, cuyo nombre podría dejar al descubierto una red de corrupción local que tocaría de cerca a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y a altos hombres del kircherismo.

El precio de la libertad


Meiszner es un dirigente de la Conmebol que nunca se alejó de Quilmes, al que presidió por años y que lo llevó a convertirse en la mano derecha del expresidente de la AFA, Julio Humberto Grondona.  Su hijo Andrés es vicepresidente del club que conduce Aníbal, pero además dirigió el Registro Nacional de Armas (Renar) y en mayo fue nombrado en la Subdirección de Recursos Humanos del Senado.

Las supuestas coimas que Burzaco pagó por los derechos de TV a dirigentes podrían incluir a Meiszner, quien en 2011 fue denunciado junto a su hijo por tres cuentas en el exterior, en las que podría haber fondos de los supuestos sobornos a funcionarios de la Conmebol. El quilmeño teme por lo que Burzaco pueda llegar a declarar en 18 días.


 Pero mayor es el temor para el gobierno, para la Morsa Fernández, que podría quedar “pegado” en un escándalo de corrupción internacional en plena campaña electoral.

Porque Burzaco quiere evitar la cárcel, y para lograrlo tendrá que entregar aquello que la justicia estadounidense anhela, pero aterroriza al kirchnerismo: información.


La cancha embarrada

El 27 de mayo pasado, la Justicia de Estados Unidos hizo pública la megacausa que involucra a dirigentes de la FIFA, Concacaf, Conmebol, empresarios asociados de distintos países y dos compañías de comunicación acusados de haber creado una red de sobornos, lavado de dinero y corrupción por más de 150 millones de dólares.

En dicha causa, la Justicia norteamericana acusa a 14 personas. Alejandro Burzaco es uno y está implicado en su rol de titular de Torneos y Competencias. Tras haber estado prófugo en Italia por casi dos semanas, se entregó el 9 de junio y, luego de aceptar la extradición a Estados Unidos, se le tomó declaración el 31 de julio en una audiencia en la que se declaró “no culpable”, aceptó pagar la fianza de 20 millones de dólares y se le otorgó la prisión domiciliaria que por estas horas cumple en su departamento de la Gran Manzana.

En Estados Unidos, el empresario está acusado de haber pagado US$ 40 millones a dirigentes de la Conmebol por los derechos de transmisión de la Copa América de Chile. También se habría comprometido, junto a los Jinkis, a pagar otros US$ 70 millones por las próximas ediciones de la Copa.

Precisamente, Hugo y Mariano Jinkis, titulares de Full Play S.A., son los otros argentinos cuya extradición reclama la Justicia estadounidense. Como Burzaco, ellos estuvieron prófugos, pero días atrás el juez Claudio Bonadio les otorgó la excarcelación y quedaron en prisión domiciliaria, a cambio de una fianza de 8 y 11 millones de pesos, respectivamente.

 Corrupción, ese karma argentino

¿Por qué existe la corrupción y qué se puede hacer para detenerla? Como una respuesta a este interrogante preocupante de la Argentina, la ONG Poder Ciudadano hizo público un informe sobre corrupción y transparencia, un libro de más de 300 páginas que, entre otras cuestiones, analiza el “Caso Ciccone” (que involucra al multiprocesado vicepresidente Amado Boudou), el intento de destitución por parte del gobierno del fiscal José María Campagnoli, la tragedia de Once y el triple crimen de General Rodríguez, donde se descubrió el aporte de dinero proveniente del narcotráfico para campañas políticas.


 “El problema de Argentina es que ya pasó el momento de decir que hay un Estado corrupto y estamos en una coyuntura de mafiosidad del Estado. Si no paramos ahora vamos en camino a convertirnos en países violentos como México o Colombia”, alerta el trabajo, y sugiere que el pueblo le exija a sus gobernantes una buena gestión, para “que no puedan hacer lo que quieran”.

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