martes, 29 de septiembre de 2015

DESDE EL PAPADO “SE PUEDE HACER... MUCHO MAL”









28 de Septiembre del año 2015 - 1356


Con enorme tristeza me pongo a escribir este artículo sobre el viaje del Papa a Cuba y a los EEUU porque la conclusión a la que me veo obligado a llegar es que no fue el viaje de un Papa sino el de un líder mundial interconfesional, exaltado por todos, especialmente por los no creyentes y por los promotores del mundo agnóstico e igualitario en que vivimos.

Sobre su actuación en Cuba ya he escrito en lo dos artículos anteriores a este. En resumen: esa fue una visita de confraternización con los tiranos comunistas de la Isla y de desprecio por las víctimas de la tiranía castrista.

Sobre la visita a los EEUU, es decir, sobre sus dos discursos más importantes, el que dijo ante el Congreso norteamericano y el que dijo ante la ONU más algunas frases sintomáticas dichas aquí allá, sólo puede concluirse que no fueron palabras del Vicario de Cristo en la tierra sino las de un político de aceptación mundial, a cuyas palabras podían adherir todos los malos sin distinción, pero no los católicos, puesto que en ningún momento mencionó el nombre del Divino Salvador, ni menos aún, la Redención realizada en la Cruz, ni tampoco aquellas categóricas palabras de Nuestro Señor: "El que creyere y se bautizaré, se salvará, el que no creyere será condenado" (S.Marcos,16,16).  De los discursos del Papa surgía un programa mundano aceptable para el laicismo más exigente, como si no hubiera un Creador que le hubiera puesto al mundo leyes inviolables ni un Salvador que hubiera exigido creer en Él para salvarse.

Cuando mencionó a Dios, lo nombró como el "Dios de Moisés", olvidándose de que Jesucristo es Dios y, como hombre, es posterior a Moisés, y hasta en forma indirecta responsabilizó a Dios por "los conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, (porque son cometidos)... incluso en nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico." ("Clarin", 25/9/2015, pag. 4).

La Santa Iglesia Católica , Apostólica, Romana fue puesta así por el Papa en el mismo plano de capacidad de perversión que el fanatismo asesino del Islam, fingiendo ignorar que ese es el principal caso de "odio nocivo" existente en el mundo actual (con su contrapartida de las represalias terroristas del Estado de Israel).

Atacó también a la Iglesia nuevamente por los casos de "pedofilia" de que la acusa la prensa masónica, dando por sentado de que esos pocos casos en un mar de vocaciones heroicas religiosas y sacerdotales, son suficientes para convertirse en una culpa colectiva de la Iglesia. Las palabras y gestos del Papa en ese sentido siguen siendo como una especie de "confesión de parte" que releva a los enemigos del catolicismo de toda la carga de la prueba y al mismo tiempo, silencia los mismos pecados cometidos a mansalva por otros grupos que no son católicos y, lo que es más grave, olvida que la casi totalidad de esos actos repugnantes son obra de homosexuales, a los cuales el Papa salva de toda acusación con su famoso "¡¿Quién soy yo para juzgarlos?!".

Sería interminable enumerar las tristísimas muestras de poco amor a la verdad católica que el Papa dio en este viaje. Entre ellas, el no haber enfatizado y apenas mencionado en forma sesgada, el crimen del aborto que en EEUU ha sido legalizado y se cometen millones cada año.

Sólo me queda resumir el resultado de su viaje en una frase que les dijo a unos argentinos que viajaron en su auto desde la argentina hasta Filadelfia y a los que recibió en privado fuera de programa comentando entre risas su "locura" (pero no recibió en Cuba a las familias de los presos políticos) y pidiendo que rezaran por él: "Lo necesito, esto es muy difícil, desde este lugar se puede hacer mucho bien y MUCHO MAL, recen por mi" ("La Nación", 28/9/2015, pag. 3).

Esa es probablemente una de las pocas verdades que dijo: desde su cargo papal puede hacer mucho mal, y es difícil negar que lo está haciendo a mansalva.

Cosme Beccar Varela   


El presente artículo del Dr. Cosme Beccar Varela es publicado en La Misère Porc, por gentileza de su autor.

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