martes, 8 de diciembre de 2015

El kirchnerista "traidor" que elogia el macrismo




MARTES 08 DE DICIEMBRE DE 2015 • 11:55

LA NACION"No soy macrista; yo soy peronista", aclara el hombre ante una broma de un importante dirigente de Pro. Quién iba a decir que el funcionario kirchnerista que acredita logros de gestión sea hoy cuestionado por sus partidarios, y elogiado por funcionarios entrantes, los de la vereda de enfrente.Así anda Florencio Randazzo, ministro de Interior y Transporte hasta pasado mañana, que hace dos años levantó la voz en su despacho de la Casa Rosada para decir que si él no era elegido por el oficialismo como candidato a presidente de la Nación "se iba a su casa". Y se va a su casa, no más..., aunque no pocos macristas quisieran tentarlo para que continúe.El motor de Randazzo para gestionar obras valiosas en el sistema ferroviario metropolitano se encendió después de la tragedia de Once, cuando 51 personas murieron en el tren Sarmiento que chocó en el andén de la estación, el 22 de febrero de 2012. Con los recursos disponibles para renovar los trenes, Randazzo sintió que tenía el camino libre, y así promover sus aspiraciones presidenciales.Entonces, asumió el protagonismo para renovar vías, coches, estaciones y sistemas de señalización. Capacitó a maquinistas y sumó tecnología. Mucha tecnología para dejar atrás un sistema obsoleto que sólo había sido bendecido con mejoras a cuenta gotas. La buena noticia: Randazzo logró un cambio en poco tiempo. La mala: dejó bien subrayada una pregunta para sus antecesores, incluso hasta para la mismísima presidenta, Cristina Kirchner: ¿Por qué esta transformación no se hizo antes?Los trenes metropolitanos transportan 250 millones de pasajeros por año. En 2014 se renovó el ciento por ciento de las flotas en las líneas Sarmiento, San Martín y Mitre; y este año, se benefició a las trazas del Roca y el Belgrano Sur. En total, sumaron mil coches nuevos, cero kilómetro. El cambio, para los pasajeros, fue significativo. Y si bien el impulsor de esta gestión fue Randazzo, la Presidenta no lo eligió para ser el candidato "del pueblo". Eligió a Scioli, a Aníbal Fernández.Randazzo mascullo su bronca. No libró disputas públicas con el kirchnerismo, pero recibió a Guillermo Dietrich (futuro ministro de Transporte) para comenzar la transición. Una civilizada transición que no gozaba del agrado de su jefa política, quien marcaba lineamientos totalmente opuestos. Sin embargo, lo hizo. Hace más de dos años que Randazzo y Dietrich trabajan en muy buenos términos por el transporte urbano. Y muchos del Pro elogian el "desempeño" del kirchnerista.En la última fotografía que ambos se tomaron en la Casa Rosada, un alto dirigente de Pro le dijo a Randazzo: "Parecés macrista, por la gestión". Serio, muy serio, él respondió que no; que nunca podría serlo. Es cierto, Randazzo quiere a Macri tanto como a Scioli: casi nada. Sin embargo, sus históricos aliados, sus compañeros de partido, ven en él a un "traidor". Y hasta dicen, por lo bajo, "mirá cómo se despide del poder Deportivo Randazzo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario